Aunque todos los partidos cuentan en una liga dónde solo hay 17 encuentros de temporada regular, es indudable que hay duelos que están por encima de otros. Un partido frente a un rival divisional siempre trae consigo una motivación extra y genera un ambiente totalmente distinto, algo que se vive durante toda la semana. Para la previa de la semana 4, os dejo dos duelos divisionales que pueden ir empezando a marcar el devenir de la NFC Norte y de la AFC Oeste. Además, también traigo un Sunday Night Football con dos conjuntos llamados a estar peleando en enero por llegar a la Super Bowl.
Aunque cuando estoy escribiendo esto no hay noticia oficial sobre ello, lo normal es que Jordan Love vuelva al campo este domingo. La ausencia del quarterback titular de la franquicia quesera se ha dejado notar, como no podía ser de otra manera, en la ofensiva de Matt LaFleur. Es cierto que el head coach de los Packers ha hecho un gran trabajo intentando tapar los defectos de Malik Willis para potenciar sus virtudes, incluyendo esquemas de carrera muy versátiles para que el equipo pudiese mover cadenas y encontrar vías de anotación. Además, las dos victorias cosechadas, en los mismos partidos jugados por Willis, ha hecho que el equipo esté en una situación idónea en la clasificación. Sin embargo, el juego de pase ha sufrido un retroceso que, por más esperado que fuese, deja un vacío en el ritmo anotador que puede alcanzar este conjunto con Love debajo del center.
Por el lado de Minnesota, el buen inicio de temporada deja sensaciones muy positivas en una franquicia que parecía comenzar un proceso de reconstrucción tras la salida de Kirk Cousins en ataque y la de Danielle Hunter en defensa. Aún así, Kevin O'Connell y Brian Flores han dotado a su equipo de una personalidad apabullante tanto en la unidad ofensiva como en la defensiva. Soy de los que opina que JJ McCarthy, el quarterback primera ronda salido de la Universidad de Michigan, no iba a empezar la temporada de titular y que el encargado de dirigir ese ataque, al menos en los dos primeros meses, iba ser Sam Darnold. La lesión del rookie facilitó mucho la decisión al head coach y Darnold está devolviendo la apuesta por él en Agencia Libre con creces. O'Connell da la sensación de ser muy inteligente en el plan de juego semanal y muy clarividente en las decisiones que toma durante los partidos. La capacidad de generar espacio para Justin Jefferson, a pesar de ser el centro de atención de la defensa rival, es notorio, y le da a su quarterback herramientas para seguir surtiendo de balones a la estrella más rutilante de esta franquicia. Los Vikings anotan y eso favorece el trabajo a una defensa que está brillando por su versatilidad y por cómo crea confusión en los quarterbacks a los que se enfrenta.
Brian Flores ha copado muchos titulares en los últimos años por toda clase de motivos, y quizás por ello no tenemos la suficiente consciencia de lo gran coordinador defensivo que es. Su defensa es agresiva en el blitz, ocultando sus intenciones antes del snap y sorprendiendo a las líneas ofensivas cuando el pasador tiene el balón en las manos. Para este duelo, su idea será la de crear dudas en Jordan Love, un quarterback que, aunque haya jugado a un grandísimo nivel, no podemos olvidar que está jugando en su segundo año como titular. Matt LaFleur necesita mover sus piezas de tal manera que Love pueda tener lecturas claras de lo que está proponiendo Flores en cada snap. Para ello, es probable que veamos bastantes formaciones con backfield vacío.
Cuando la ofensiva juega sin nadie acompañando al quarterback en el backfield, obligas a la defensa a dos cosas. Lo primero es que tiene que abrir su defensa ante la amenaza por el número de receptores que planta el rival. Y lo segundo es que tienes que mostrarte "honesto", ya que la alineación de tantos jugadores en la línea de scrimmage obliga al rival a ocupar mucho campo e imposibilita que añada muchos jugadores a su línea defensiva para amenazar el blitz, con lo que quitas el componente de dudas en el quarterback. Evidentemente, estas formaciones también tienen sus cosas negativas, como por ejemplo puede ser la protección al quarterback y la nula opción de correr con el balón en las manos, algo que deja a la línea defensiva con la clara idea de atacar el pass-rush de la manera más agresiva posible.
En la imagen de arriba tenemos una situación así, con dos receptores abiertos en el lado izquierdo del ataque y con tres en el lado derecho. La defensa sitúa a dos safeties profundos y pobla la zona media con hasta cinco jugadores ante los cinco receptores de Packers. Se inicia el snap y la lectura pre y post snap de Love es bastante sencilla. Además, la línea ofensiva hace un gran trabajo en protección de pase, lo que le permite al quarterback tener tiempo para leer al linebacker en conflicto y lanzar a la espalda de éste en un concepto que LaFleur utiliza mucho contra defensas zonales: el Hi-Lo Concept. Con dos rutas atacando la cara y la espalda del linebacker, Love solo tiene que esperar la decisión del defensor para lanzar al receptor abierto, como hace en esta ocasión.
Un poderoso juego terrestre también ayuda a minimizar el daño del blitz y obliga a la defensa a no actuar tan agresivamente en la presión al quarterback, por lo que el desempeño de Josh Jacobs deberá ser otro factor importante en clave quesera. Jeff Hafley, de momento, está dejando muy claro que sus intenciones nada tienen que ver con lo que habíamos visto con Joe Barry, y sus múltiples defensas individuales están a la orden del día. Darnold y Jefferson volverán a ser fundamentales en un Lambeau Field con muchas ganas de volver a ver, otra vez, a Jordan Love vistiendo la camiseta verde de su equipo.
En la imagen de arriba tenemos una situación así, con dos receptores abiertos en el lado izquierdo del ataque y con tres en el lado derecho. La defensa sitúa a dos safeties profundos y pobla la zona media con hasta cinco jugadores ante los cinco receptores de Packers. Se inicia el snap y la lectura pre y post snap de Love es bastante sencilla. Además, la línea ofensiva hace un gran trabajo en protección de pase, lo que le permite al quarterback tener tiempo para leer al linebacker en conflicto y lanzar a la espalda de éste en un concepto que LaFleur utiliza mucho contra defensas zonales: el Hi-Lo Concept. Con dos rutas atacando la cara y la espalda del linebacker, Love solo tiene que esperar la decisión del defensor para lanzar al receptor abierto, como hace en esta ocasión.
Un poderoso juego terrestre también ayuda a minimizar el daño del blitz y obliga a la defensa a no actuar tan agresivamente en la presión al quarterback, por lo que el desempeño de Josh Jacobs deberá ser otro factor importante en clave quesera. Jeff Hafley, de momento, está dejando muy claro que sus intenciones nada tienen que ver con lo que habíamos visto con Joe Barry, y sus múltiples defensas individuales están a la orden del día. Darnold y Jefferson volverán a ser fundamentales en un Lambeau Field con muchas ganas de volver a ver, otra vez, a Jordan Love vistiendo la camiseta verde de su equipo.
En la secuencia de arriba podéis ver un ejemplo de una de las características más importantes en el juego de Dobbins: su lectura de la defensa y de gaps. Saliendo con formación 'pistol', Dobbins recibe el balón a la mano de su quarterback mientras va leyendo lo que sucede delante de él. El center y el guard derecho abren una autopista por uno de los gap A. Sin embargo, uno de los linebackers está ocupando su asignación y obstaculiza la carrera por ahí del running back. Mientras tanto, el fullback ataca el otro gap A para subir al segundo nivel y bloquear al otro linebacker y liderar la carrera de Dobbins. Rápidamente, el corredor persigue ese bloqueo, pero sin dejar de leer todo lo que ocurre a su alrededor. Con ese gap A cerrado también, se le abre una tercera oportunidad en el gap B entre el guard y el tackle izquierdo, Dobbins frena, corta y arranca con una buena explosividad para rebasar la línea de scrimmage y, además, evitar el primer tackle, lo que le lleva a ganar el primer down y alguna yarda más hasta que es derribado.
Sobre el papel, los Chargers son un buen equipo de football, pero el problema es que, su rival de este domingo, es el mejor equipo de la liga. O, al menos, el máximo favorito al título, otro año más. Los de Andy Reid llevan muchos años dominando con puño de hierro la AFC Oeste y, de momento, no parece que esto vaya a cambiar. En el párrafo anterior os he contado las virtudes de los Chargers, pero sigo pensando que, aunque son peligrosos, todavía necesitan algo de tiempo para ser un contendiente real a la división. Los Chiefs están ya hechos, han luchado en mil batallas y no necesitan fuegos artificiales para sumar victorias con facilidad en la liga, algo que sí creo que le puede costar más a los otros tres miembros de esa división. Dicho esto, los Chiefs también están en su fase de rodaje y aún no están al nivel máximo que se puede esperar de ellos. La baja de Isaiah Pacheco afecta sobremanera a su juego y, a la espera de ver algo más a Steele, Perine o Hunt, es posible que esto afecte a un ataque que tiene, en el tackle izquierdo, una de las mayores debilidades de la ofensiva.
La aparición en las primeras yardas del ataque de Kelce, Rice o incluso de Smith-Schuster, se me antoja vital para evitar que la presión le llegue a Patrick Mahomes, así como los movimientos por detrás del backfield que le puede proporcionar Xavier Worthy en jet sweeps y demás. Khalil Mack sigue generando problemas con su pass-rush, por lo que podemos ver situaciones desfavorables para el equipo de Andy Reid con el rendimiento del rookie Suamataia o de Morris, tackle izquierdo que se hizo con la titularidad el pasado domingo.
Todo lo que sea estar en el partido, y llevar el encuentro a un último cuarto igualado, serán buenas noticias para los de Jim Harbaugh en su intento de que la distancia entre los Chiefs y el resto de la división sea cada vez más corta. Las numerosas bajas con las que cuenta el equipo, y en posiciones de vital importancia, hacen que el duelo sea aún más duro para ellos. Sin embargo, me espero un game plan que no le haga estar cómodos a los Chiefs en ninguno de los 60 minutos que durará el partido.
La victoria de Baltimore es un respiro para ellos en una situación que se les podría haber puesto muy incómoda. Ganar a los Cowboys en su propia casa vuelve a generar optimismo en un equipo que no ha iniciado bien la temporada. Ni la defensa ni el ataque están, de momento, al mismo nivel que en 2023, por lo que esa excelencia que les permitió ser el número uno de la conferencia americana el curso pasado debe ser el objetivo del equipo dirigido por John Harbaugh.
El principal problema que le estoy viendo a la ofensiva es su línea ofensiva. Las bajas de Simpson y Moses han hecho daño y no dan respiro a un Lamar Jackson quien, si bien es cierto puede manejar esas presiones con facilidad por su agilidad de pies, es normal que también sufra con la inmediata aparición de defensores en el backfield. Por su parte, los Bills me están sorprendiendo gratamente con su línea defensiva. Partido a partido demuestran estar en un gran estado de forma, y los esquemas de blitz de Sean McDermott favorece los uno contra uno en las trincheras para sus pass-rushers exteriores e interiores.
En la imagen de arriba tenéis uno de los blitz que más estamos viendo en toda la liga. Con la línea defensiva de los Bills en wide-9 (los edge rushers muy abiertos, por fuera de los tackles ofensivos, y los defensive tackles sombreando el hombro interior de esos mismos tackles), los dos linebackers van a ser responsables de atacar los dos gap A de los Cardinals, pero, además, lo harán cruzándose para jugar un stunt y aprovechar su velocidad y la duda para atacar el interior. Cuando se inicia el snap, estos linebackers ocupan al center y al running back en tareas de bloqueo y deja al resto en bloqueos individuales, dándole a sus pass-rushers la opción de jugar uno contra uno. La presión le llega al quarterback muy rápido por el medio y, cuando quiere reaccionar, ve cómo también le está llegando por fuera. Para enfrentarse a un rival como Jackson en el puesto de quarterback, es necesario tener una gran lectura por parte de los defensores que juegan el pass-rush, ya que hay que cerrar todas las posibles salidas que pueda tener Jackson corriendo. Aquí, Murray no tiene espacio para moverse y acaba siendo cazado.
Antes os comentaba el nivel de la defensa de Ravens, que sin ser extremadamente malo, sí es cierto que está sufriendo más de lo debido contra el juego de pase. Josh Allen ha encontrado en Joe Brady un coordinador ofensivo que crea juego para él sin tener que estar viviendo del big play constantemente. Brady le ha dado a Cook mucho más poder y es el aliado perfecto para un Allen que puede decidir el partido en cualquier momento por su capacidad para solventar problemas que se presenten sobre la marcha. Si los de Harbaugh no son capaces de bajar las cifras anotadoras de los Bills, es muy probable que el partido salga cruz, con lo que significaría eso de nuevo para ellos terminando el mes de septiembre: problemas y más problemas para el futuro.