Al final de la temporada 2020, la reputación de los Jacksonville Jaguars como franquicia y la de Doug Pederson como head coach en la NFL tocaron suelo. El equipo de Florida enlazó quince derrotas consecutivas para terminar el año. Por su parte, el entrenador cerró su exitoso periplo en Philadelphia con una campaña para el olvido. Su otrora equipo campeón se había convertido en un conjunto disfuncional, con problemas de vestuario y sin liderazgo alguno. Su derrota a manos de Washington en el Sunday Night que completó la temporada fue nefasta a todos los niveles. Pederson fue cesado de su cargo y pasó un año de reflexión en 2021. Esa campaña los Jaguars abrieron un nuevo proyecto con Urban Meyer al frente, uno de los entrenadores más exitosos e influyentes de la era moderna en el football colegial, y con su flamante quarterback número 1 del draft, Trevor Lawrence. El "experimento Meyer" duró exactamente trece partidos (solo dos victorias) y el quarterback tuvo un año rookie muy alejado de las expectativas creadas.
El nuevo cambio en los Jaguars trajo consigo el fichaje de Pederson, quien apenas necesitó un par de meses para empezar a hacer funcionar un bloque muy joven que había naufragado con el anterior head coach. Jacksonville ganó sus cinco últimos compromisos de 2022, rumbo a un inesperado título divisional que fue coronado por una victoria épica en Wild Cards ante Los Angeles Chargers, en un choque en el que se remontó una desventaja de veintisiete puntos. Lawrence pasó de lanzar 12TD-17INT como novato a tener un ratio de 25TD-8INT en su segundo año.
Si avanzamos a 2023 encontramos a los Jaguars de nuevo en lo más alto de la AFC Sur, con un récord de 8-3. Pederson tiene a sus chicos jugando un gran football y lo más importante, a tan solo una victoria de ser el cabeza de serie número 1 en los playoffs. Después de dos campañas seguidas como el peor equipo de la liga en regular season, ahora, dos años después, Jacksonville puede ser el mejor conjunto de su conferencia en liga regular. Y la reputación de Pederson, puesta más que en entredicho hasta hace poco, ha dado un giro de 180 grados. Hoy quiero enseñaros las cosas que hacen bien los Jaguars con su ataque de pase, una de las claves en el éxito actual del equipo.
Lo primero que vamos a ver es la importancia de las formaciones pesadas en esta ofensiva. Con dos o más tight ends, los Jaguars se han alineado el 38.2% de sus snaps este año, lo que supone la cuarta marca más alta de la competición. A partir de ese personal tan cerrado, Pederson es capaz de construir un juego de pase que es efectivo, seguro para el quarterback, porque suelen ser lanzamientos de alto porcentaje de conversión, pero, a la vez, explosivo. No son acciones pensadas para ganar cuatro o cinco yardas únicamente. Este personal 12 y 13 es clásico en el head coach, quien en su época en Philadelphia lo potenció cada temporada. En 2019, sus dos tight ends, Zach Ertz y Dallas Goedert, lideraron al equipo en recepciones. En estos Jaguars, es Evan Engram (con 64) el líder del equipo en capturas. Su segundo tight end, el jugador de tercer año, Luke Farrell, no está a esa altura todavía, pero en las dos últimas semanas el head coach está encontrando la manera de involucrarle más en el plan de juego. Como muestra, este ejemplo de la semana pasada en Houston.
Desde personal 13, un runningback, tres tight ends, un wide receiver, Jacksonville va a jugar un clásico concepto de rutas a tres niveles ("three-level stretch") muy propio de las ofensivas WCO (West Coast) de las que proviene Doug Pederson, que aprendió el sistema tanto en su etapa como jugador en Green Bay como luego entrenando bajo los mandos de Andy Reid. Lo interesante de esta acción es que el concepto de tres rutas va a ser completamente desarrollado por los tres tight ends, en una acción de primer down y quince yardas en la que la defensa de Texans está esperando una carrera. Engram (círculo azul) correrá la ruta intermedia, mientras que los otros dos tight ends, que están emparejados en el lado contrario, combinarán por distancia (una más larga, otra más corta) sus trayectorias con la de su compañero. La ruta vertical del único wide receiver (en verde) se puede ignorar, porque tras el play-action en el backfield la lectura de Lawrence va a ser exclusiva para el lado derecho del ataque.
En el momento del engaño con Travis Ettiene podemos observar cómo el bloque de defensores de Texans del segundo nivel tiene sus ojos clavados en el backfield. Estas décimas de segundo pueden suponer el tiempo suficiente para hacer perder a muchos defensores su asignación de pase en la jugada. En este caso, Houston defiende al hombre, y el par de Farrell va a perder por completo su marca.
Para añadir a la confusión, Farrell (con el dorsal 89), va a efectuar un bloqueo inicial de jugada de carrera para, entre comillas, sacarle de la acción a ojos de la defensa. Sumemos a esto el intercambio que hace en las salidas al snap con su compañero número 85, Brenton Strange (una segunda ronda de este año que Jacksonville espera que vaya evolucionando con el tiempo), y tenemos una imagen completa de lo que a simple vista parece un pase muy simple, pero que está desarrollado con todo lujo de detalles.
En el vídeo de la jugada se observa claramente el enorme hueco que encuentra Farrell tras el play-action y su "obra de teatro" en la línea de scrimmage.
Tras Evan Engram, el segundo máximo receptor de Jaguars en la temporada es Christian Kirk. El ex de Arizona fue una adquisición de agencia libre que en su momento generó polémica por el montante del contrato, pero que en su año y medio en Jacksonville está demostrando valer cada centavo que recibe. Kirk se alinea primordialmente en el slot (392/584 snaps, un 67.1%), es muy difícil de defender en espacios pequeños, y tiene la aceleración y velocidad en campo abierto para generar "big-plays". Sus 761 yardas vía aérea lideran al equipo. Mirad en esta acción del pasado domingo cómo elude la cobertura press y luego muestra su explosividad para llevar la pelota casi hasta la "end zone".
Sin embargo, el jugador más peligroso a nivel aéreo de estos Jaguars es su líder en touchdowns de recepción, Calvin Ridley. El número 0 viene de pasarse casi dos años en blanco y físicamente, creo que eso le está afectando en algunos tramos de la temporada. Sin embargo, por talento puro y duro, es la mejor arma de la plantilla para batir coberturas individuales. Pederson alinea a Ridley casi exclusivamente en el exterior (548/638 snaps, 85.9%) y en muchas ocasiones lo deja aislado en un lado con los otros cuatro receptores elegibles en el contrario. Esto fuerza a la defensa a cubrirle al hombre, aunque la llamada original puede ser una zona. Su juego de pies y agilidad en las primeras yardas le convierte en un objetivo prioritario para Lawrence, como ocurrió en esta situación de "goal line" el otro día.
Bajo los mandos de Pederson, los Jaguars marchan Top 10 en uso del play-action (24.5%), lo que también da aire a una línea ofensiva que está siendo efectiva. Tras once partidos mantiene un índice de presión del 27.9% de los intentos de pase, la tercera mejor marca de toda la NFL. Estas situaciones de play-action son el preludio de muchos "big-plays" por el aire. Los números de Lawrence este año en pases profundos están siendo los mejores de su carrera. En lanzamientos de 20+ yardas con el balón en el aire ha conectado 19/39 para 583 yardas, con 5TD-1INT y un QB rating de 123.7. Tanto el rating, como los pases conectados, como los pases de touchdown son Top 6 en la liga.
En el siguiente ejemplo vemos cómo una de estas situaciones de play-action pone la base para la creación de una jugada explosiva. Los Jaguars forman de nuevo con el personal 12 predilecto de Pederson, es decir, dos tight ends y un solo corredor en el backfield. El concepto de rutas es tan viejo como la liga misma, una "post" (en amarillo) en combinación con una "deep cross" desde el otro lado. Puede funcionar tanto contra defensas zonales como al hombre, que es la que van a realizar los Texans aquí.
Al momento del engaño en el backfield tenemos claramente a los dos wide receivers uno contra uno en el exterior (círculos verdes), un único safety profundo, más los cuatro defensores del segundo nivel (los tres linebackers más el safety número 5 que añade a la caja en una previsible acción de carrera en primera y diez) completamente enfocados en el play-action. Esto va a imposibilitar que puedan ayudar en cobertura en la zona profunda. Además, el rush queda impedido por los ángulos que han debido tomar por el engaño en el backfield. Cuando la jugada parece de carrera y a la vez se mueve el punto de lanzamiento del quarterback, el rush es menos directo y por tanto menos efectivo.
Con los dos cornerbacks jugando "outside leverage" lo tienen muy complicado para mantener el paso de sus oponentes en sendas rutas interiores. Lawrence solo tiene que leer al safety profundo y lanzar al receptor al que no haga la ayuda.
En este caso es evidente que la mayor separación la ha vuelto a generar Ridley, lo que en combinación con otro excelente envío de Lawrence, producen un nuevo "big-play" para los Jaguars.
Doug Pederson llevó en su día hasta el campeonato a los Philadelphia Eagles con una utilización muy grande de acciones RPO. Su esquema ha ido evolucionando en esta nueva etapa en Jacksonville, creando un ataque de pase menos dependiente de esos lanzamientos. Desde su clásico árbol de jugadas con personal pesado, pasando por la movilidad de sus dos wide receivers principales, más el paquete que tiene reservado para Etienne (que no hemos analizado hoy para no extendernos demasiado), los Jaguars plantean muchos problemas para las defensas rivales. Todavía tienen cosas por pulir, por ejemplo, su baja efectividad en zona roja (el fichaje vía draft de Tank Bigsby está siendo decepcionante por ahora), pero con una plantilla tan joven en sus posiciones clave (tanto en ataque como en defensa), el futuro es prometedor tanto para la franquicia como para el head coach.