Desde su lanzamiento, este portal ha buscado establecerse como una nueva alternativa para leer historias de futbol americano en español. En realidad nunca nos propusimos acaudillar un ejército de redactores enfocados en abarcar la actualidad de la liga. Nuestra principal motivación, con diferencia del resto, era construir un espacio que nos permitiera entender mejor el juego.
No ha sido fácil plantarnos en la conversación de NFL renunciando a ser lo que supuestamente deberíamos ser: un portal de noticias tradicional. Hoy, con el proyecto en marcha, supone para nosotros una gran satisfacción haber creado una plataforma en la que se procure reflexionar sobre lo que hace a un equipo más o menos competitivo, a un prospecto de quarterback más o menos emocionante o a un entrenador más o menos revolucionario.
Tampoco es que nunca se hubiera apostado por el análisis táctico o los perfiles escritos en español, sino que se hacían desde pequeñas trincheras; dignísimas, por supuesto, pero sin el altavoz que realmente merecían. La NFL llevaba tiempo exigiendo que existiera un lugar que condensara todas esas voces que han librado en solitario una cruzada para trastocar las convenciones de los debates de futbol americano, a menudo viciados por la falta de olfato y recursos de los portavoces de siempre.
Por todo lo anterior, resulta muy emocionante ver la manera en que nuestros lectores han comenzado a involucrarse con las reflexiones propuestas por las plumas de este portal, cuya única misión reside en buscar que la conversación esté a la altura de todo lo que significa la NFL en términos tácticos, estratégicos, narrativos, culturales y sociales.
Ahora, con la proliferación de plataformas digitales sintetizadoras, se tiende a pensar que el mensaje debe ser pervertido para cumplir con una serie de reglas impuestas por el algoritmo. Nada más lejano a la realidad: se pueden explorar nuevos canales y herramientas de comunicación, sí, pero el mensaje es inalterable en el fondo, por mucho la que forma pueda ser moldeable.
Dicho todo esto, yo, por lo menos, sigo sosteniendo que el mejor lugar posible para abanderar la resistencia sigue siendo el largo aliento.