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Los Bills pueden ganar a cualquiera y otras pistas de la Semana 15

Los Playoffs comienzan a estar a la vuelta de la esquina y con los primeros equipos ya clasificados –los Ravens en la AFC y los 49ers, Cowboys e Eagles en la NFC–, la batalla por los últimos puestos se está comenzando a comer carísima (especialmente en la Conferencia Americana). Browns, Bengals, Colts y Texans sacaron sus partidos adelante, mientras los Bills hicieron algo más que eso, apalizaron a uno de los equipos más en forma de la NFL, los Cowboys, y empiezan a demostrar que están para algo más que para simplemente clasificarse para los Playoffs –aunque actualmente siguen fuera de los puestos que dan acceso a la lucha por el anillo.

En la NFC la lucha por esos últimos puestos es a la baja, mientras en la Americana hay equipos con 8-6 que están fuera de los Playoffs, en la Nacional varios equipos con 7-7 se mantienen en lugares que dan acceso a las eliminatorias por el título. Los Vikings siguen sextos mientras semana a semana se desinflan (aunque su defensa les mantiene vivos), los Rams consiguen colarse en la sexta plaza y parecen el rival más sólido en esta batalla y los Packers pagan su inexperiencia y las últimas semanas están flojeando, especialmente debido a una defensa que está mostrándose vulnerable. Las tres últimas semanas van a ser apasionantes, pero hasta entonces vamos con las conclusiones de la Semana 15.

Los Buffalo Bills pueden ganar a cualquiera

Buffalo Bills quarterback Josh Allen (17) and Dallas Cowboys quarterback Dak Prescott (4) greet each other after an NFL football game, Sunday, Dec. 17, 2023, in Orchard Park, NY. (AP Photo/Matt Durisko)

El récord de los Buffalo Bills (8-6) no habla del nivel que el equipo del Oeste del Estado de Nueva York está alcanzando bien entrados ya en diciembre, ni del excelente momento de forma que han adquirido. Los Bills han pasado por serios problemas de lesiones –especialmente en defensa– que les llevaron a una gran irregularidad durante buena parte de la temporada, pero llegado el momento de la verdad, son ahora mismo, sin ningún género de duda, uno de los equipos más en forma de la NFL.

Ya avisaron en Philadelphia, donde no pudieron ganar pero jugaron un partido excelente; confirmaron la tendencia en Arrowhead, superando a unos Chiefs navegando un mar de dudas y esta semana han puesto a toda la NFL en conocimiento de su condición con una paliza imponente a unos Dallas Cowboys que llegaban a Buffalo en plena racha de victorias y con el autoestima por las nubes. Y lo cierto es que no hubo partido. En ningún momento Dallas tuvo la menor chance de competir con unos Bills que demostraron que para ellos era una final.

Buffalo cimentó su triunfo en el dominio de la línea de scrimmage tanto en ataque como en defensa. La manera en la que la línea ofensiva se hizo dueña del partido fue espectacular, anularon al front defensivo de los Cowboys y abusaron de los cuerpos ligeros de la parte trasera de la defensa vaquera. De hecho, los Bills enseñaron cuál es la manera de dominar a la defensa de Dallas. Con Joe Brady como nuevo Coordinador Ofensivo, el juego de carrera de los Bills se ha vuelto mucho más variado y diverso, sumando dúo a los esquemas zonales y utilizando a los Tackles para ganar la batalla por fijar el Edge y hacer muchísimo daño en las carreras exteriores.

Esto como punto de partida, porque el verdadero protagonista, la auténtica estrella del partido fue un James Cook que no solo jugó el mejor partido de su carrera, sino el mejor partido de un RB de los Bills desde 1991. Desde que el mítico Thurman Thomas consiguiera 268 yardas totales y 2 TD en la Semana 1 de la temporada de 1991, ningún RB de Buffalo había superado las 200 yardas totales desde scrimmage y 2 TDs hasta que James Cook lo hiciera este domingo, con 221 yardas totales, un TD de recepción y otro de carrera, firmando el mejor partido de un corredor en Buffalo en más de tres décadas. Cook jugó con los defensores de Dallas, los puso a bailar, les quebró, les superó de todas las maneras posibles, con cambios de ritmo y de dirección, rompiendo placajes y poniendo en evidencia la mayor carencia que tiene esa defensiva: la capacidad de placar a campo abierto.

Buffalo sabía que la falta de LBs que tiene Dallas, que le obliga a jugar con muchos defensive backs, muchos cuerpos ligeros que no tienen la contundencia necesaria contra la carrera fue explotada de una manera muy evidente: Mientras Joe Brady proponía esquemas Jumbo con extra OLs, con formaciones 22 con dos TEs y Fullback… esquemas pesados que los Cowboys no tenían más remedio que contestar con la defensa nickel (5 defensive backs) y siendo uno de los teóricos linebackers Marquese Bell, un Safety reconvertido a LB que está jugando una gran temporada que en este partido sufrió para cerrar espacios y completar placajes. Buffalo asfaltó físicamente a Dallas, los OLs de los Bills llevaban defensores colgados y los arrastraban por el campo sin oposición. Todo ante la mirada de un Josh Allen que no tuvo necesidad de sacar su magia a relucir, aunque sumó su décimo partido de la temporada con al menos un TD de pase y otro de carrera, algo que no ha hecho ningún otro QB en la historia de la liga.

Mientras Josh Allen se ha pasado la temporada sosteniendo al equipo como en la escena de Superman en la que Christopher Reeve sujeta un tren a punto de descarrilar, en este partido, el QB fue –dicho por él mismo al terminar el partido– el miembro de un grupo universitario que se lleva una matrícula de honor por un trabajo colectivo en el que él no ha hecho absolutamente nada. Que los Bills sean capaces de ganar sin necesidad de que Allen se vista de superhéroe es una fantástica noticia para el equipo.

Y esto solo fue en ataque… Porque la defensa de los Bills también sometió a los Cowboys en el otro lado del campo y lo hizo también triunfando en la línea de scrimmage. La capacidad de presionar a Prescott en muy poco tiempo para empezar anuló toda capacidad de jugar en profundo de los Cowboys, algo en la que habían tenido mucho éxito. Pero es que el ataque de Dallas colapsó por completo. No hubo respuesta a una línea defensiva que no encontró oposición de la OL de Dallas –que echó de menos a Zach Martin, pero que incluso cuando estaba también fue superada– y a unos LBs y, por encima de todo, unos Safeties que estaban en todas partes. Hay que destacar el partido de Taylor Rapp, que cubrió a la perfección la baja de una pieza tan importante como Micah Hyde. Él y Poyer estaban en todas partes, dominaron desde la Cover 2 y no dieron ni una opción a un Prescott que no tuvo respuesta alguna a la propuesta defensiva de los Bills.

De este partido salen los Bills todavía fuera de los puestos de Playoffs pero con la certeza de que jugando así es complicado que no vayan a clasificar. Con Chargers y Patriots en el horizonte, dos triunfos prácticamente garantizarían su clasificación y dejarían una última jornada ante unos Dolphins, que si fallan en uno de sus duelos ante Cowboys o Ravens provocarían que esa última cita se convierta en una final por la división. Y en cualquier caso, llegado enero y los Playoffs, los Bills van a ser un rival muy peligroso para cualquiera y ahora mismo no se les puede descartar para absolutamente nada.

En cuanto a los Cowboys, muy malas noticias. Esta derrota, por un lado, refuerza la certeza de que son mucho más vulnerables cuando juegan lejos de Arlington que cuando lo hacen como locales y, otro, prácticamente les condena a la quinta plaza de la Nacional, lo que supone jugar todos los Playoffs como visitante; por lo que se da la tormenta perfecta para abundar en la idea de que cada año prometen tener lo necesario para volver a la Super Bowl y temporada tras temporada se quedan en el camino. Para que no sea así parece que tendrán que ganar a domicilio a 49ers o Lions, dos equipos que destacan precisamente por su capacidad de correr el balón, exactamente la manera en la que los Bills acaban de apisonarles. Tienen tres semanas para encontrar soluciones, pero tras esta derrota, el camino se ha complicado mucho y los Cowboys tienen mucho que demostrar.

Los Ravens son el equipo más sólido de la AFC

Baltimore Ravens running back Gus Edwards (35) scores a touchdown during an NFL football game against the Jacksonville Jaguars, Sunday, Dec. 17, 2023, in Jacksonville, Fla. The Ravens defeated the Jaguars 23-7. (AP Photo/Gary McCullough)

Lo que está demostrando Baltimore, como líder de la Conferencia Americana más abierta que nunca, es precisamente que son el único equipo verdaderamente sólido y confiable de toda la AFC. Mientras todos se dejan partidos y muestran puntos débiles, los Ravens, jornada tras jornada, cimentan un juego que no solo da victorias sino que se muestra eficaz y les deja en franca ventaja para un Seed1 que les faclitaría la vida en enero, ya que jugarían todos los Playoffs como local. Todo empieza desde la defensa, una vez más borraron al ataque rival, no permitieron correr a los Jaguars y prococaron errores en un Trevor Lawrence que está cultivando una importante capacidad de perder balones.

Pero a eso hay que sumar un Lamar Jackson capaz de hacer magia y que está jugando su mejor temporada en la NFL, mejor incluso que en la que fue MVP. Con sus receptores bien vigilados, tiró de TEs y RBs en el juego de pase y de sus piernas para crear ventajas importantes que pusieron a funcionar ese ataque.

Los Lions recuperan el tono a tiempo

Detroit Lions running back Jahmyr Gibbs (26) is congratulated by quarterback Jared Goff (16) and teammates after scoring against the Denver Broncos during the second half of an NFL football game Saturday, Dec. 16, 2023, in Detroit. (AP Photo/Duane Burleson)

Y lo hacen partiendo del regreso de un Frank Ragnow que cuando está en el puesto de center ofrece un salto de calidad tremendo a todo ese ataque y consigue catalizar el talento de un par de rookies que están creando un impacto muy positivo para el equipo de Detroit. La temporada de Sam LaPorta y de Jahmyr Gibbs está marcando la diferencia para los Lions, antes Amon-Ra St. Brown parecía estar algo solo como arma ofensiva para Goff, pero lo que están aportando estos dos novatos cambia mucho el panorama. LaPorta es un arma ideal porque es muy capaz de bloquear cuando los Lions enfrentan cajas ligeras y corren y muy capaz de crear ventajas cuando las cajas están plagadas y Detroit va al aire y él queda emparejado con LBs o Safeties. Sus tres TDs fueron una gran marca pero lo que aporta va mucho más allá.

Exactamente igual que un Gibbs que no solo es capaz de aportar como receptor, como corredor por el exterior sino con una capacidad inusitada de romper placajes y crear jugadas explosivas también por el interior. Esa pareja Gibbs-Montgomery es una de las más completas de toda la NFL.

El que apunta a MVP pide el MVP para quien debería poder ser MVP

San Francisco 49ers running back Christian McCaffrey celebrates after scoring against the Arizona Cardinals during the first half of an NFL football game Sunday, Dec. 17, 2023, in Glendale, Ariz. (AP Photo/Matt York)

Perdón por el trabalenguas, pero es que quiero aprovechar las palabras de Brock Purdy para destacar lo que está haciendo Christian McCaffrey esta temporada. El QB de los 49ers, candidato número uno ahora mismo para llevarse el MVP, dijo tras el partido del domingo que quien debería llevarse el premio individual más importante de la NFL debería ser su compañero Christian McCaffrey. CMC ha superado ya las 1.800 yardas totales desde la línea de scrimmage cuando ningún otro jugador ha llegado siquiera a las 1.600 y se mantiene a la cabeza de touchdowns anotados, empatado con Mostert, habiendo anotado ambos 20. Su año es una exhibición constante. En la temporada en la que está ejerciendo de RB más puro, recogiendo más handoffs que nunca, eso no quita que esté perdiendo su capacidad como receptor. Este domingo en Arizona se fue a las 187 yardas totales y 3 TDs, siendo este su undécimo partido de la temporada pasando de 100 yardas, se dice pronto. Si la liga no hubiera decidido que el premio de MVP es de facto un premio para QBs, McCaffrey debería ser un aspirante más que legítimo para llevárselo.

Dicho todo esto, los San Francisco 49ers vuelven una semana más a demostrar que son el equipo más completo de la NFL y cimentan su candidatura al anillo. Lo tienen todo para conseguirlo.