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NFL salvaje: el complejo de Eróstatro

Cuántas veces las personas hemos intentado ser lo que no somos, sobresalir o hacernos notar por cualidades que no son nuestras virtudes. Todos tenemos unas determinadas características físicas y de personalidad, pero muchas veces queremos esconder eso que nos hace lo que somos por pretender parecernos más a lo que son otros que son mayoría y por el solo hecho de encajar. Encajar en la excelencia y no ser esa rara avis dentro de la élite también ha supuesto una situación difícil de superar, aún sabiendo de aquella superioridad, pero el mundo, la gente, busca aceptación, sea en esa esfera privilegiada o en una vida mundana común a todos. El complejo de Eróstrato no es algo que padecen solo aquellos peatones del mundo que pretenden abandonar el anonimato, sino aquellos que, siendo parte de grupos privilegiados, no por eso dejan de sentir aceptación en dicho círculo, más pequeño y exigente, pero grupal al fin y al cabo; y cuando hay grupos hay cierta imposición moral que siempre acaba provocando, en algunos de sus miembros que sobresalen por cualidades diferentes a la mayoría, acomodar su talento a dicha tendencia moral/social, trayendo consigo consecuencias indeseables. En la noche del 21 de julio del año 365 a.C. se produjo un hecho que pasaría a la historia. El protagonista, Eróstrato, era un joven pastor de Éfeso; desde pequeño tenía la ciega obsesión de que había sido elegido por los dioses para hacer algo notable, algo que le iba a dar fama diferenciándolo de los demás. Su aspiración era convertirse en sacerdote de Artemisa y no ser uno más. Ahora bien, al no tener padre reconocido, se le negó esa aspiración. Obcecado en su propósito por sobresalir, elaboró un plan. Acudió al templo de Artemisa, una de las 7 maravillas del mundo y, tras besar la estatua de la diosa, prendió fuego a toda la construcción. Tras aquel desastre, Artajerjes, rey de Persia, mandó torturarlo para obtener la confesión sobre la razón que le había llevado a cometer tal ofensa. Eróstrato declaró entonces su propósito: pasar a la historia como el hombre que había quemado el bellísimo templo de Artemisa. Tras oír esto, el rey de Persia lo condenó al ostracismo y prohibió, bajo pena de muerte, que se registrara su nombre y que se le relacionara con la destrucción del templo. Sin embargo, aquella orden fue en vano. El historiador griego Teopompo reseñó el incendio y registró el nombre Eróstrato. Desde entonces se conoce a esto como el complejo de Eróstrato. Y todo esta disertación para llegar a la figura de Lamar Jackson. Un talento puro dentro de la élite. Un quarterback superior al resto, pero haciendo cosas diferentes a los demás. Su talento no es ser un pasador dentro del pocket y se ve. No porque no sepa lanzar el oval, no porque no tenga precisión, sino porque su cualidad no son los slides de derecha o izquierda, de paso corto, de acomodar cuerpo y cabeza a la OL, de buscar ángulos en media yarda. El ser supremo en esto último descrito ha sido Tom Brady. Lamar Jackson no es un pocket passer ni falta que le hace. No se mueve así. Lo que tiene son otras cosas. No tiene ese poise en el pocket, pero lee perfectamente cada hueco y tendencias del pass rush rival de tal forma que donde la mayoría ve un pase para deshacerse del balón él ve un pasillo abierto. Esta temporada él y los Ravens han sido superiores al resto, y cuando se materializaba dicha superioridad veías a Lamar hacer lo que la mayoría, pasar. Esa tendencia de ser y hacer lo que los demás son y hacen. Eso de demostrar al mundo del football que sabe pasar, que sabe hacer lo que no ha venido haciendo con Roman, se ha notado demasiado, y en la falta de exigencia, abandonar tu propio talento no tiene gravedad alguna. El problema es cuando uno se está jugando el win or go home. Contra Houston fue uno en la primera parte y otro en la segunda. Aunque durante la primera forzó demasiadas situaciones en las que retenía el balón descaradamente buscando avanzar sin correr y poder ejecutar pase, pronto todos nos dimos cuenta que eso no era posible. No tiene esa acomodación en el pocket. Es el mejor en las Zone Reads leyendo al Edge rival, o en las RPOs leyendo a los LBs y Safeties. Encuentra el hueco y gana con una facilidad enorme yardas donde nadie suele verlas. Y Ravens padece mucho cuando Lamar abandona aquello para lo que sí es una amenaza. Durante esos dos primeros cuartos, retuvo el balón como quien lo hace con una pelota de tenis, paseando en círculos sin soltarlo o avanzar por demostrar cosas que no son propias de él. Los paquetes de blitz lanzados por DeMeco Ryans y Burke motivaron esa comprensión de que no está para contener; Lamar tiene el colmillo para atacar y hacer daño al rival yendo directo a por la debilidad del oponente. Eso se entendió en una segunda parte que resultó ser tan brutal por la defensa como por la ofensiva gracias a que Jackson cambió en la forma de ser y jugar.

Baltimore Ravens quarterback Lamar Jackson (8) throws during an NFL divisional round playoff football game against the Houston Texans on Saturday, Jan. 20, 2024, in Baltimore. (AP Photo/Daniel Kucin Jr.)

Lamar, en el partido más importante para Baltimore esta temporada, al final de todo, movió yardas como es, con 152 en el pase y 100 en carrera porque al final su juego es tan grande como lo es su cualidad, la de un dual threat, porque sabe pasar y sabe correr aún mejor. Y correr en un Qb no es solo tener atleticismo y piernas, es leer los movimientos de la defensa, y en eso es número 1. El problema radica cuando quiere ser uno más, otro Quarterback en el pocket, porque así la vida del rival es mucho más sencilla, como lo fue para Houston en esa primera parte con un pass rush muy efectivo que se tornó fútil en la segunda cuando el QB de Baltimore corrigió. Lamar Jackson es uno de los mejores quarterbacks que hay, y solo siendo quien es puede convertir situaciones aparentemente controladas por el rival en una oportunidad para grandes jugadas, y para esto hay muy pocos en el juego… Lamar Jackson es uno.

Los Vengadores contra los Novatos

San Francisco 49ers running back Christian McCaffrey (23) scores a rushing touchdown during the second half of an NFL football NFC divisional playoff game against the Green Bay Packers Saturday, Jan. 20, 2024, in Santa Clara, Calif. (AP Photo/Ashley Landis)

Los San Francisco 49ers son mortales

Por Green Bay Packers

Esta podría ser el título del enfrentamiento en divisionales de unos y otros. Unos novatos con mucho talento, pero novatos al fin y al cabo, han puesto de rodillas y al rezo a unos Niners con ínfulas de supremacía en el favoritismo absoluto previo al encuentro; orientado el oremus por que aquellos de verde cometiesen errores propios de la bisoñez del equipo más joven de la NFL y que al final acabaron cometiendo, porque solo así, el dominio que tuvieron los Green Bay Packers en casi todo el partido podía convertirse en oportunidad de ganar por los de Santa Clara.

Uno de los momentos clave fue un mal pase de Love. Se ha hablado mucho de la mala suerte de esa intercepción a dos minutos del final del tercer cuarto, pero ciertamente fue un pase mal ejecutado. Sin más importancia que eso, un pase defectuoso, pero en un momento clave. El lanzamiento no favorece la ruta underneath de Tucker Kraft que parece que va a por una drag y Jordan Love entendió que era un stop; lo lanzó arriba con suficiente fuerza para sacar los dientes a Warner y Greenlaw; al final acabó dando aire a 49ers que no avanzaban con comodidad y los puso en la yarda 50 de regalo.

De 21-14 a 21-17 cuando Packers estaban avanzando con ritmo. Love es el típico talento, aún no confirmado pero que apunta muchas maneras, que no teme nada. No tiene miedo a intercepciones, a hits tardíos, a apurar la última centésima de segundo, a retener el balón hasta el desarrollo de la ruta… pero como todo en esta vida, esto se cura con la experiencia, con dos tortazos a modo de interceptaciones o fumbles, y entonces uno empieza a ver peligro, a temer por cada acción y ahí es donde, como el jamón curado, se sabe si es bueno o no. Saber sobreponerse a todo esto y mantener esa regularidad es clave.

Otro joven con talento pendiente de confirmar es Purdy. Tres cuartos muy dudosos, con imprecisiones y muy lejos de favorecer el movimiento del equipo, tiene pases incomprensibles. Un partido malo en un momento inoportuno, pero en el que le dieron una oportunidad, o dos con un FG fallado por los de Lambeau. Y la última la tomó. Hasta los últimos 6 minutos, Purdy llevaba un 53% de completos, pero el último drive fue impecable, con un pase preciso a Aiyuk con cobertura encima en un 3&5 imposible.

¿Esto le redime de su irregular actuación en los 3 primeros cuartos? Probablemente no, pero el sólo hecho de avanzar al siguiente partido puede ser lo que sí le confirme. Para Purdy, este partido que viene y si se da, el siguiente, el gordo, el del Super Bowl, son trascendentales para la confirmación de su talento, para despejar dudas; para que nadie pueda tener la tentación de encontrar justificación como la de decir que hay un buen equipo cargado de talento pero no es capaz de llevarlo a ganar a equipos de peor plantilla. Nunca una derrota o victoria es culpa única de un Quarterback, hay demasidados factores en un partido de fútbol americano como para reducirlo a eso, pero el QB es la pieza por la que siempre pasa el balón en ataque, y queramos o no, su protagonismo es máximo, pero en estos momentos de temporada, más. Donde unos ven peligro por perder su prestigio ganado en Regular Season, otros ven una oportunidad de engrandecerlo, y ahí están unos pocos, como Mahomes, o Brady en su momento. El resto aún debe demostrarlo.

Otra vez los Chiefs, otra vez Mahomes

Kansas City Chiefs quarterback Patrick Mahomes (15) reacts after beating the Buffalo Bills in an NFL AFC division playoff football game, Sunday, Jan. 21, 2024, in Orchard Park, N.Y. (AP Photo/Adrian Kraus)

Lo comenté en la anterior columna de esta sección de NFL Salvaje. El talento era similar, pero cambiaba la mentalidad de cada uno y la preparación con la que se llega a estos partidos. La metamorfosis que se produce con los Chiefs y Mahomes cuando llegan los PlayOffs es insoslayable. Cómo apuntaba, hay muchas formas de lidiar contra el estrés, y Patrick tiene una insuperable, la calma en el talento. Lo que un quarterback no puede hacer es inventarse jugadores donde no los hay, y cuando no tiene talento en la recepción, poder llevar al límite de ese menor talento cada jugada, es una cualidad de los QBs que pasa muy por debajo del radar; pero en esto Mahomes, aunque parezca una tontería, jamás lo deja pasar frente a grandes oponentes. El partido Chiefs@Bills era el control contra el caos del vértigo que Allen da a Bills. Un dominio de la situación hasta donde el talento que le acompañaba ponía el límite, hasta ahí podía controlar Patrick. Dominar los movimientos de sus compañeros, pasar a favor de ruta, no soltar el balón a la primera lectura, moverse bien pero guardando protección…esas simples cosas que son fundamento en la posición de QB, son las que no se pueden perder en un partido decisivo. Siempre dio la sensación de control por Kansas. El ritmo y vértigo de Bills eran indudables aunque siempre parecía como aquel perro con cadena, que empuja y aprieta, pero el control lo tiene otro. A lo mejor ese control es insuficiente contra la defensa de Baltimore, pero de lo que no dudo es que Mahomes va a llevar al límite de ese dominio el partido, no va a regalar nada. Hasta que el cuerpo y el talento de sus compañeros aguante. Kelce hizo amago de volver, quien sabe, igual reviven los caídos y nos regalan otro AFC Championship de lujo.

DETROIT es ahora

Detroit Lions running back Jahmyr Gibbs (26) celebrates his touchdown run with offensive tackle Penei Sewell during the second half of an NFL football NFC divisional playoff game against the Tampa Bay Buccaneers, Sunday, Jan. 21, 2024, in Detroit. (AP Photo/Paul Sancya)

Cuando varios se sientan en una mesa, se sabe de sobra cuando uno no pertenece a ella. No tanto por merecimientos en el gridiron sino más por historia reciente, que no pasada. Detroit es una de las 5 franquicias más antiguas de la NFL. Dominó la década de los 50, con cuatro conferencias ganadas y 3 campeonatos de la NFL cuando no estábamos en la era Super Bowl. Campeonatos de 1952, 1953 y 1957 además de la de 1935. A ello le sumamos sus dos apariciones en las finales de conferencia después de la temporada regular de 1991 y tras esta presente. El pasado lo tiene, pero no el reciente.

Lions lleva paseando una defensa secundaria muy pobre a lo largo de la temporada regular, pero algo cambió en los últimos partidos. La recuperación de CJ Gardner Johnson y el paso adelante del convertido Safety Ifeatu Melinfowu. Contra RAMS es cierto que la primera parte fue mala defensivamente, pero en la segunda solo consintió 2 field goals a la franquicia angelina. Contra Tampa, un equipo durísimo sufrió, pero siempre tuvo cierto control de partido. En esta ocasión, a diferencia con Kansas, no hay jugador del talento de Mahomes. Un buen Jared Goff que no cometió errores y sí convirtió pases de mérito con tráfico, permitió ese control. Pero sobre todo, lo que permitió ese cierto dominio de partido, fue el hombre que ya se echa de menos en la Motown, Ben Johnson, su OC. Está más fuera que dentro de la franquicia. En él descansan muchas de las posibilidades de victoria contra San Francisco, si es que dan alguna oportunidad. El diseño por encima del talento se rinde en Detroit, por eso la unión de jugadores, staff y afición. De momento no hay quien reine por encima de los demás, Campbell no lo permite, y el día que lo haga se habrá traicionado, y entonces será el momento de separar caminos. Pero mientras tanto, el equipo será lo primero, con talentos al servicio del mismo. Ojo a Gibbs. Ahí hay algo más. Pick 12 del draft de 2023. Aquel que tanto se discutió. Se espera un partido honesto y que rinda legitimidad a una final por la NFC, pero que nadie se engañe, Lions no va a dejar pasar esta oportunidad que puede tardar otros 30 años en volver dando por amortizada la temporada. Llegados hasta aquí, en los 4 supervivientes finales, nada es suficiente. Detroit!, es ahora o quién sabe cuando volverá.

Disfruten de las finales de Conferencia, ya no queda casi nada.