Recuerdo cuando allá, por la primavera del 93, cursaba mi año senior en North Farmington Hills High School, Michigan. El profesor de la asignatura de Guerra Civil americana nos había encargado a los alumnos titular y escribir una redacción sobre la Batalla de Gettysburg, la más sangrienta del conflicto. El título que yo había escogido fue "Sweating Bullets", como así se titulaba también una canción perteneciente al álbum de 1992 Countdown to Extinction del grupo de heavy-trash metal americano, Megadeth, cuyo excomponente y batería había nacido en Michigan. Era una canción que sonaba entre otras, como muchas de Metallica, en los entrenamientos de los Farmington Hills Raiders, del equipo de futbol americano de la escuela. Esta canción es una referencia al estrés personal, al otro Yo y a situaciones de esquizofrenia, paranoia y locura que describía Dave Mustaine, vocalista y fundador del grupo. El propio Mustaine hablaba sobre ésta de la siguiente manera: "…Escribí eso sobre mí. Están sudando balas todo el tiempo. La sociedad es una broma en este momento, y la gente se está volviendo cada vez más hostil. Cuando piensas en tener un gemelo malvado o esa esquizofrenia temporal que te asalta, creo que muchos de nosotros somos esquizofrénicos, porque vivimos dentro de nuestras cabezas. Hay Alguien con quien todos consultamos; se llama nuestra conciencia. Algunas personas no pueden controlar su otro lado; éste se apodera de ellos. Todo el mundo tiene ese lado psicótico. Todo el mundo tiene algo que le hará estallar…".
Creo sinceramente que no puedo escoger mejor título para cuando se habla de cualquier encuentro en que se enfrenten estos Miami Dolphins, entrenados por un tipo como Mike McDaniel, alter Ego de Kyle Shanahan. El otro Yo de éste. Transforman cada partido, cada juego, cada encuentro, en una situación de máximo estrés constante al que someten al rival a averiguar cuál puede ser la salida indemne o cuando menos, digna para una derrota poco cruenta, si esto fuera posible. Lo mismo podríamos atribuir a Sean McVay. Pero quiero aquí pararme con McDaniel, a la elevación de este estrés en el juego, provocado al rival, elevado a la enésima potencia cambiando incluso el modo de jugar. Cuando entras en el partido te das cuenta en 2 segundos de la poca vergüenza y falta de respeto que el juego de este HC tiene por el rival, a nivel competitivo. Lo que prima en su juego, dentro de una evolución desvergonzada de la west coast offense, es la combinación con verticales y ensanchamiento del campo, introduciendo con Tyreek Hill un cambio en las motions. Si lo normal es que estas se produzcan uno o un segundo y medio antes del snap, con el vértigo de Hill, las motions las ejecuta al producirse el snap. Éste es un cambio muy importante porque hace más impredecible el juego al rival. Todo ello unido a alineaciones pre-snap que mutan a otras diferentes al tiempo del hard count, y por supuesto aquel esquema de bloqueo zonal para carrera y pase, proveniente del gran Alex Gibbs y su estancia con Mike Shanahan. Pero quiero pararme en algo importante del Entrenador de los Dolphins. El estado paranoico del estilo de McDaniel se materializa cuando nos damos cuenta de que, si lo normal es cuidar de que haya jugadores cerca de la LOS para los pertinentes checks down del Qb a falta de otra salida, McDaniel da la vuelta a esto de tal forma que invierte la situación. No es que deje jugadores próximos al Qb en flare routes, arrows, stabs… es que siempre va a dejar una salida en profundo, en vertical para el pase. El apoyo no está basado en un flare control, sino en una vertical. Cuando juegan pases cortos, screens o incluso en alguna carrera, siempre lanza alguna en profundo que estira tanto al rival que es imposible dar respuesta a tiempo. El enorme respeto que guarda en un 2&5 yardas por Denver es total. Parece que Broncos da por vencido el Primer Down, nadie da cobertura de pase en la línea de primero y diez, dejando un cushion más allá de la misma. Insistiré una y otra vez, más que el respeto, el miedo es máximo. El temor a big play tras big play es algo muy real contra estos Dolphins.
Mucho triángulo en la recepción formando para conceptos de spacing y variados. Vemos aquí uno de ellos. Es extraordinario la manera que tiene de generar espacios.
Pero todo esto no tendría sentido sin la confianza de quien genera el juego: Tua. El Qb está pasando por un momento dulce exagerado por el juego de diseño de McDaniel, por los Skill Players con que cuenta, y, por supuesto, por su talento y muñeca. El extremo del paroxismo se dibuja en este ¿no look shovel pass? , no, este pitcheo de Tua, carajo. Absolutamente basado en una confianza de victoria total. Esta jugada la volvió a ejecutar. Sólo alguien con una confianza máxima lo hace. La NFL es salvaje.
McDaniel está dando una vuelta de tuerca al desarrollo de Shanahan y McVay. No tiene tantas formaciones cerradas, aunque por supuesto son parte de su juego, y lo que propone es el estiramiento vertical. Utiliza frecuentemente los 3 niveles en Flood y volvemos al desarrollo vertical que hizo en su día Al Davis con el juego horizontal de Gilman. El HC de Miami está adquiriendo una personalidad propia. En esta imagen se aprecia claramente el estiramiento horizontal, vertical y el flare control. Puede hacer primer down muy fácilmente. La función de las rutas verticales es arrastrar a los safeties y dejar el centro del campo abierto para la recepción.
Todo ello, además, se suma a un juego de carrera descomunal que es mucho más sencillo de desarrollar cuando las defensas respetan tanto tu juego por aire. Ya no es que se pasa porque se corra. En el juego de McDaniel, se corre porque se pasa. El respeto de los rivales, dando tanto espacio, permite correr muy bien sumando la velocidad máxima de Mostert y Achane. Datos de @NextGenStats:
Fastest Ball carriers en 2023:
1. Tyreek Hill, Week 3: 22.07 MPH
2. De'Von Achane, Week 3: 21.93 MPH
3. Tyreek Hill, Week 1: 21.66 MPH
4. Raheem Mostert, Week 2: 21.62 MPH
5. Tyreek Hill, Week 1: 21.52 MPH
6. De'Von Achane, Week 3: 21.5 MPH
Mostert y Achane son dagas desde el backfield. Da armas a un loco que sabe lo que hace y te saldrán cosas como estas. Este Touchdown de DOLPHINS es una locura de Achane pero un E.Bassey #21, el Cb que sigue la motion con su asignación, es ajeno totalmente a la jugada de carrera que pasa a su lado. McDaniel crea burbujas donde el rival no puede pestañear o se lo llevan por delante. El FS profundo, da igual, adorna el Touchdown. Las lecturas de los Lbs y Dbs son muy pobres.
El estrés a los safeties es constante. Aquí, en el primer TD de Tyreek Hill, un Portland Concept, DIG + Deep Cross. El safety muerde la interior y se acabó la jugada.
El vídeo de la jugada:
Al final el resultado más gráfico del encuentro, es la tierra quemada que deja Miami Dolphins tras cada partido. Una imagen vale más que mil palabras:
En los próximos 6 partidos, Miami se enfrenta a Bills, Eagles y Chiefs. Esta será la medida del equipo de Tua y McDaniel. El entrenador de Dolphins no va a cesar en su arrogante y desvergonzado juego. Seguro. Ya en la agenda.
No quiero dejar de hablar de Denver. Cuántas veces habremos leído, escuchado y mismamente pensado, que un equipo bien entrenado siempre dará la cara en cualquier partido. Denver no está siendo bien entrenado. De ninguna de las formas posibles. Se ve en el campo. La lejanía de los Dbs con la jugada o los Linebackers cayendo a los pulls y los las pérdidas. Es el quinto equipo por la cola con peor saldo de turnovers, -4 en 3 partidos. Patrick Surtain II está saliendo en demasiadas fotos, especialmente en el Touchdown de Chosen. Es un buen jugador, pero realmente no sabes hasta qué punto la desidia en ese equipo es contagiosa y hace peor a los que son mejores. Vance Joseph, el Coordinador Defensivo, es el culpable, y Sean Payton el responsable. Responsable en todo. Encajar 70 puntos y uno de los récords negativos de la liga debe ser para estar cuestionado de inmediato. Los oponentes promedian 7,2 yardas por jugada contra los Broncos. Denver ha permitido 122 puntos en tres partidos El pánico que demostró la defensiva de Denver frente a su rival no es propio de un equipo NFL. Hay cosas que destruyen la imagen de un equipo y apesadumbran a sus aficionados. Esto acaba de comenzar, pero lo peor, es que no se ve nada que te haga pensar que saldrá adelante. Deben dar señales de vida cuánto antes. El encuentro de la próxima semana contra Chicago Bears cobra una importancia máxima. Dos equipos con 0-3 se enfrentan en un partido que dejará al perdedor con una estocada de doble trayectoria. Veamos la personalidad de los entrenadores en cada partido.
Purdy y La navaja de Ockham
A todos nos da la sensación de que el Qb de 49ers está rozando el fracaso en cada jugada y, sin embargo, acaba rearmándose y haciendo bien las cosas. Le costó entrar al partido contra NYG con la presión de Martindale en un constante blitz. La táctica de Giants no fue mal, esto es la NFL y no hay rival que no tenga medios para hacer daño y los NYG con esa línea defensiva tiene argumentos para hacerlo. Ni Dexter Lawrence ni Thibodeaux parecen al nivel de final de temporada pasada. A Purdy muchos lo están esperando con la escopeta cargada. Al primer fallo que ocasione derrota de la franquicia habrá fuegos artificiales en lugares ahora soterrados. Es un jugador que rema bien a favor de viento. Todo lo que le acompaña es bueno y no se enroca. Siempre busca la salida más inmediata. La navaja de ockham rige sus decisiones. Esto es: " …si existen dos o más alternativas, en igualdad de condiciones, lo más razonable es dar preferencia a la más simple… ". Este es el Qb de 49ers, no le hace falta generar juego por sí mismo, basta que ejecute a favor de diseño, a favor de jugada. La separación la darán sus jugadores. Kyle Shanahan lo sabe, el juego de Purdy depende del diseño en el campo. Demasiados balones al 50/50 puede traer algún disgusto que otro, pero si nos fijamos, siempre mide el lado más favorable. ¿Será casualidad? No tanto.
Backup Qb gana; Backup Qb pierde: Romeo Montesco y Julieta Capuleto
Gardner Minshew, Qb backup de los Indianapolis Colts, no es la primera vez que lo consigue. De backup hace ganar a su equipo, un equipo defenestrado por todos desde arriba en el Front office hasta abajo, sin skill players top -bueno, sin ellos en el campo porque Jonathan Taylor por ahí anda-, y sin nadie al timón. Pero no, hay alguien que dirige, Steichen. Contaron con un gran Zack Moss y Pittman. Baltimore no estuvo bien defendiendo la carrera y Lamar Jackson vuele a su juego primigenio con más de 100 yardas de carrera y poniendo su cuerpo a prueba de placajes y golpes que arriesgan la vida deportiva de este quarterback. Extiende las jugadas más de lo necesario, pero como siempre, cuando la victoria está en peligro, el resguardo del Qb es donde se encuentra seguro, en la carrera, no en el pase. Al final la cabra tira al monte por mucho que la paseemos por la gran ciudad, pero ahí es donde sorprende. Tiempo al tiempo. Son solo 27 años.
Por otro lado, Green Bay no va a encontrarse muchas veces, con un partido perdido con 17-0 y dónde su rival pierda a su Qb starter y además fallen el Fg que les daría la victoria en los últimos instantes. Carr, como cualquier Qb titular, es clave en su equipo, y su ausencia nubla a los Saints. Jameis Winston, el backup de Carr no pudo aguantar una ventaja, o sí, pero de forma insuficiente. Un Fg de 46yds fallado impidió la victoria de Saints. New Orleans cuenta con una buena defensa que se diluyó como un azucarillo en el último cuarto, cuándo se fraguó la remontada de los de Lambeau y aquí me paro. Love to Romeo…Esta empieza a ser la frase Shakesperiana en Green Bay, como si de Capuletos y Montescos habláramos. Aunque Love completó un partido discreto con un 50% (fue mejor el ratio de Carr antes de salir -72,22%- y de Winston -62,5%-), fallando pases claves en profundo; se rehízo en el último cuarto. Se levantó y sin temblarle mano ni brazo, movió cadenas con un gran Romeo Doubs. Por un momento creí ver la conexión Strong-Doubs de Nevada. Aquellos pases ejecutados con una sobrada anticipación, cuando era Doubs el que atacaba la trayectoria del oval lanzado por su entonces Qb, Carson Strong. Era maravilloso y en GB quieren que esto sea así. Veremos el siguiente partido en Wisconsin con mucha atención. Vuelve Detroit. Se intuye un partido con muchas bajas pero da igual, se pelea por el Norte, aunque al inicio, pero por el Norte.
Herbert Vs. Staley y el par motor
Chargers ganaron a Vikings a pesar de Staley. No pudieron detener la carrera, permitiendo 130 yardas en 24 acarreos con un promedio de 5,4 yardas. No pudieron correr el balón, y sus running backs combinaron para 19 yardas en 13 acarreos. Todo esto, a pesar de doblar e incluso triplicar la defensa a Justin Jefferson en cada jugada de pase. El receptor completó siete pases para 149 yardas. Además, los Chargers permitieron siete pases de gran ganancia, incluidos tres de 30 yardas o más, dos de los cuales fueron a Jefferson.
Contra todo esto se erigió la defensa en Red Zone y sobre todo, un inconmensurable J. Herbert.: El Qb lanzó para 405 yardas y tres touchdowns en 40 de 47 pases. No hubo turnovers por su parte. Keenan Allen no pudo ser cubierto, estableciendo récords personales en recepciones (18) y yardas recibidas (215). Herbert arregla lo que Staley rompe, como Stafford lo que Patricia descomponía. Siempre habrá soldados que reharán lo que su general deshaga.
Comentamos muy habitualmente la importancia de que un Qb tenga o no brazo, pero cuando decimos que un Qb lo tiene, sucede lo mismo que cuando hablamos del par motor en los coches. No quieres un par alto en el coche para ir a 200kmh, si no que lo quieres cuando haya que adelantar o salir de un imprevisto en décimas de segundo, lo que igual requiere una velocidad máxima pero con respuesta inmediata. Estás conduciendo a 65 km/h en la marcha más alta y pones el pie en el suelo. Un coche con poco par -una llave corta- no acelerará rápidamente en ese momento. Un coche con un par elevado, una llave larga, sí lo hará. Para eso es útil un par alto. Esto es el brazo del Qb. No lo necesitas para pasar 60 yardas, si no para ejecutar pases contra dinámicas a las que te has visto obligado a salir del pocket y aún así dirigir el pase con suficiente velocidad y potencia para llegar a 25 yardas al pecho de tu receptor al lado opuesto a tu desplazamiento. Este es el pase que demuestra esa fuerza de brazo:
McVay y su armadura: No todos compiten con la misma, y ante ello, imaginación. ¿Qué queréis de McVay? Sus receptores son Nacua, Atwell y Higbee, y con esto, casi provoca un disgusto a los de la Bahía. En otros momentos tenía a Kupp, Woods y Cooks. Una Línea ofensiva donde ya no está Whitworth, pobre y débil para mal del bueno de Stafford. En ningún otro sitio o franquicia, aquellos jugadores, con los que hoy cuenta, rendirían a este nivel. Seguro. McVay siempre busca jugadores que se adapten a su sistema. El plus se lo da el talento de cada uno. No recordemos lo que Goff hizo con Jeff Fisher, pero sí lo que McVay hizo con él. Hay un puñado de entrenadores que van a draftear o firmar a quien ellos quieran, aunque no sean conocidos para el populacho NFL, con el fin de adaptarlos a su sistema y funcionen. Me vale Purdy con Shanahan. Love con LaFleur. Goff con Ben Johnson.
Los Bengals y Burrow: Mucho se está hablando del Qb de Cinci y de su cuidado por su staff. Con Burrow siempre se ha ido al límite y cuando las cosas no van rodadas, se añade presión y ya no hay mucho margen. Con Joe sabemos que el cuerpo técnico habla de todo. Se habló con él cuando antes de seleccionar a Sewell como OT, se drafteó a Chase y a pesar de su lesión, salió bien porque llegaron a la Super Bowl-con más y mejor actuación de su defensa que otra cosa-. Lo mismo se habló para jugar este último partido. Su salud en juego. Esta temporada de Bengals, también en juego. Es imposible tomar una razonable decisión en momentos críticos. Que el hambriento robe pan, se entiende. En su último partido, volvió a ser la defensa. Daxton Hill, el de Michigan en un corner blitz, Hubbard, Hendrickson, Logan Wilson con dos interceptaciones pero sobre todo, el aldabonazo del partido lo dio DJ Reader. Momento clave al inicio del partido cuando McVay y los suyos asomaban a 2,5 yardas de la End Zone y el morlaco bengalí los retrasa 10 yardas para atrás tumbando al desprotegido Stafford. Desde ese momento los Bengals, muy tímidos, con Burrow limitado y visiblemente condicionado, empezaron a creer. A veces basta una acción para cambiar dinámicas. Stafford debió deshacerse del balón antes. La defensa de Cincinnati es buena, con bajas en esa secundaria como Jesse Bates, pero sigue haciendo daño y qué decir de su ofensiva. Es imposible que un equipo con Burrow, Mixon, Chase, Boyd y Higgins haga mala temporada con un entrenador mínimamente competente. Ojo a esto último.
Patriots y la imaginación: Con la salida de Josh McDaniels, ver la ofensiva de Patriots se ha convertido en una desidia semanal. Aquel equipo imaginativo con talento decisional, ya no solo en TB12, sino en las hoss, options y demás jugadas donde se da ese traslado en la toma de decisiones del entrenador a los jugadores, que hacía de su ofensiva un ataque muy impredecible. Hoy por hoy se inserta a los receptores en unos raíles que según los libros deben quedar separados en ruta para el pase fácil de Mac Jones. Pero no. Esto no funciona así. Que NE va a buscar el mofo de forma rutinaria lo saben todos, como que la cercanía de la defensa a la caja es notoria. Su ausencia de estiramiento vertical o siquiera horizontal impredecible se acabó. Josh estaba cansado. Belichick parece estarlo. Desde la distancia se ve agotamiento en la franquicia de Nueva Inglaterra y si no es porque ahí está Bill, no lucharían cada partido como lo hacen. Falta chispa, y a lo mejor, a veces, compensa bajar a los infiernos. Eso de dar unos pasos para atrás para coger carrerilla en ocasiones hace click, en otras no.
Goff y ¿las zone reads?: Identificamos rápidamente y al momento del snap, como regla general, una Zone Read, cuando los receptores no salen a recibir sino simplemente bloquean o se apartan de la jugada para llevarse a sus coberturas a diferencia de las RPOs. Con ello en el mesh que se crea cuando el running back corre hacia el Qb en esa entrega de balón, el Qb leyendo al Edge, jugador en conflicto, decide entregarlo o quedárselo para correr. Normalmente, a diferencia de la RPO donde la jugada puede ser de carrera o pase, las Zone Reads se ejecutan por Qbs móviles-de lo contrario no habría amenaza alternativa de carrera por el pasador- y no Pocket passers. Difícil encontrarla en Tom Brady, ¿verdad? Tan difícil como verla en Goff. Un quarterback que en la universidad de California lo hacía bastante más, era mucho más móvil de lo que demuestra en la NFL. Veremos si consigue repetir más a menudo, bajo la decisión de Ben Johnson, este tipo de jugadas. Es otra variante que Jared puede ejecutar, y me temo que será más una última opción. La Zone Read:
La NFL es salvaje: donde Cowboys arrasaba, Arizona los domina. La mejor manera de contener al animal de Micah Parsons es precisamente con las Zone Reads y carrera. Le clavan 222 yardas de carrera. Ahí, todas la franquicias atentas. Ya saben cómo anular esa gran defensa. Ojo. Cómo me alegro por Dobbs. Su jugada anulando a Parsons quedará en la retina. Micah atrapando fantasmas. Arizona muestra el camino. Disfruten de la semana.