La serie documental de Luis Enrique bajo el título "No tenéis ni puta idea" bien podría protagonizarla Bill Belichick. Ya son años los que lleva en el negocio el bueno de Bill y ahora de analista, bajo el disfraz de alabanzas a ciertas jugadas, no deja de dar palos de lo que se hace mal por este y aquel jugador o equipo. El último fue el dirigido a Peyton Manning recordándole el simulado ruido de fans en el estadio de los Colts, que lo incrementaban cuando jugaban sus Patriots. Bill lleva demasiado tiempo en esto como para despreciar, y se ve, cada plano de Taylor Swift, su cara de disgusto era notable cada vez que enfocaban a la cantante en el partido de KC contra NO, a la vez que lanzaba otra crítica a Saints por no hacer lo que él hacía, poner doble cobertura a Kelce. A Bill, el Football moderno se le hace bola y si por él fuera rescataría de los medios a Brady y lo pondría de nuevo a jugar. No concibe otro Football. Pero la realidad es la que es.
En esta última tarde del domingo pasado vimos perder a Rodgers, a punto de cumplir los 41 años, a Andy Dalton a nada de hacer los 37, y a Joe Flacco a 4 meses de cumplir los 40, los tres quarterbacks starters para Jets, Panthers y Colts, y entonces, además del perenne recuerdo por Belichick, me vino a la cabeza aquella novela de Cormac McCarthy (premio Pulitzer en 2007 por "La Carretera"), "No es país para viejos", y aquel relato maravilloso que os participo por si el lector no tuvo la oportunidad de leer:
…Hace tiempo leí en un periódico de aquí que unos maestros encontraron de casualidad una encuesta que enviaron en los años treinta a varias escuelas del país. Incluía un cuestionario sobre cuáles eran los problemas de la enseñanza en las escuelas. Y encontraron unos formularios que habían enviado desde varios puntos del país respondiendo a estas preguntas. Y los mayores problemas mencionados eran cosas como hablar en clase y correr por los pasillos. Mascar chicle. Copiar los deberes. Cosas por el estilo. Cogieron uno de los impresos que estaba en blanco, hicieron fotocopias y los volvieron a enviar a las mismas escuelas. Cuarenta años después. Y he aquí las respuestas. Violación, incendio premeditado, asesinato. Drogas. Suicidio. Me puse a pensar en eso. Porque la mayoría de las veces cuando digo que el mundo se está yendo al infierno la gente simplemente sonríe y me dice que me estoy haciendo viejo. Que ese es uno de los síntomas. Pero lo que yo creo es que cualquiera que no vea la diferencia entre violar y asesinar gente y mascar chicle tiene un problema mucho mayor que el que tengo yo. Y cuarenta años tampoco es tanto. Tal vez los próximos cuarenta sacarán a la luz algún problema más. Si no es demasiado tarde…
Y es que en lo que a nuestro deporte nos atañe, sucede justamente al revés. Ahora se masca chicle, mientras que antes se daba leña de la seria, de la que te dejaba fuera de competición en un suspiro. Si hoy se sostienen las viejas glorias es gracias a la Brady rule, basada en aquella lesión que dejó sin jugar al bueno de Tom en 2008 por tackle debajo de las rodillas de Bernard Pollard una vez ya en el suelo, o pensemos en el roughing the passer u otras normas que se están aplicando de manera muy diferente y según el momento. Hay un mayor volumen de pases underneath y zona media que provoca un mayor número de intentos y mejora consistentemente los porcentajes de completos. Ese Football sí es sostenible para quarterbacks en una edad ya madura. Aunque hay pretensiones de QBcentrismo, la realidad en el emparrillado de la liga profesional da con el mazo y gira el disco en sentido contrario a lo que se pretende desde el Comisionado y demás estamentos que gobiernan la NFL. Pero de lo que no cabe duda alguna es que la carrera está tomando protagonismo; carrera entendida como no exclusiva de running backs, sino añadiendo al propio quarterback como algo natural y normal a integrar.
Este domingo en el que perdieron aquellos ya viejos nombres enumerados, ganaron otros como Kyler Murray, como Lamar Jackson, como Jayden Daniels o como el mismo Caleb Williams. El elemento común para estos 4 Qbs es que, por un lado, ninguno pasa de los 27 años y todos ellos, son el segundo máximo corredor de sus franquicias. Esa amenaza para completar 3ºs downs complicados o primeros y diez, o alcanzar la anotación de Touchdown con zone reads, creando otra preocupación en la defensa, hoy por hoy es un valor que las franquicias tienen en cuenta. A ellos podríamos sumar también a Jalen Hurts, Josh Allen, Justin Fields y Anthony Richardson. Estos 4 quarterbacks ocupan también la segunda posición en yardas de carrera en sus respectivos equipos. Todo esto solo es sostenible desde una cierta juventud, pues ninguno tiene más de 26 años, salvo Josh Allen que alcanzó los 28. Este juego no es para viejos, pues con estos te debates en otro territorio y modo de juego. Te haces más previsible salvo que el resto de jugadores sean muy diferenciales a nivel de talento, pero también todo lo predecible es más fiable y con la experiencia, la probabilidad de fallo es menor aunque sacrifiques cierto rendimiento excepcional llegado el momento complicado. A veces no queda más remedio, pero también en ocasiones, los viejos calman la ansiedad de las franquicias. Eso pasa, está pasando y pasará.
Football situacional
Nick Saban, al margen de ser un extraordinario entrenador defensivo, y un gran HC en NCAA, siempre prestó atención al Football situacional, criticando su manejo, incluso por él mismo y por supuesto, por sus jugadores, criticándoles sin rubor. En una conferencia de prensa de 8 de septiembre de 2020 lo dejó muy claro: "Hoy pasamos por los peores dos minutos antes del medio tiempo. LSU anotó 14 puntos en los últimos dos minutos de la mitad y Auburn anotó 10. Ese es el tipo de cosas que los jugadores tienen que entender realmente, no solo estamos tratando de anotar en esa situación, sino que no podemos devolverle el balón al otro equipo para que tenga la oportunidad de anotar". El bueno de Saban sabía que, aunque echaba cierta culpa a la ejecución de sus jugadores, también había sido su responsabilidad no haber sabido transmitir la importancia del momento. Tanto el jugador como el entrenador debe entender el momento en el que se está jugando la dirección del partido y marcador. Quizá la experiencia de aquellos viejos también justifica el manejo del reloj de una manera menos riesgosa. El Football situacional no depende solo del entrenador, también del jugador. Veamos dos casos:
- McDermott
El final que tuvo lugar en Houston entre Bills y Texans es el mayor ejemplo de cómo manejar mal el reloj y el juego, y así incumplir eso que decía Saban. Bills disponía de 32 segundos con empate en el marcador, para la finalización del partido y asegurarse la prórroga después de ir por detrás durante todo el encuentro. Lo que no debía suceder de ninguna manera, en ese momento, es entregar el balón con tiempo a los de casa. Tanto costó empatar que cualquier error derrumbaría el esfuerzo del equipo en segundos. McDermott ya tiene experiencia en esto, no es un novato. En su propia yarda 3 y con 32 segundos, en lugar de correr y hacer que Houston gaste todos sus tiempos muertos, al menos, desde el más conservador y lógico pensamiento, McDermott selecciona 3 jugadas de pase que se van al traste. Por poco, pero 3 incompletos permitieron a Houston, con solo 16 segundos y sus tres tiempos muertos intactos, recoger un Punt cerca del medio campo y con el uso de un tiempo muerto llegar a field goal range. ¿Qué hubiera sucedido si Houston no tuviese ningún tiempo muerto? No lo sabremos, pero seguro que un poco más difícil lo hubiese tenido. Incomprensible este manejo del partido y del Football situacional en alguien que lleva tanto tiempo en la NFL, 24 años exactamente. La desesperación de Allen es normal, cuando tras el esfuerzo titánico para lograr empatar, su HC toma estas decisiones, nada debe ser optimismo en Buffalo cuando falla quien no debe. El mensaje que manda McDermott al equipo es malo, poco confiable y roza lo irrespetuoso por el equipo. Seguramente todo se arregle, pues el HC empezó reconociendo su error, pero esa herida tardará en restañar.
- Joe Burrow
A 3 minutos del final, Joe Burrow lanza una intercepción. Veamos la situación: 3.05 para el final, Bengals gana de 3 puntos, 38-35, y está en un 2&15 en la yarda 34 de su rival, Ravens. Baltimore solo tiene 1 tiempo muerto. Con el balón en la mano, Burrow lanza un pase corto para una ruta underneath de Chase, cubierto en fase por Humphrey, que acaba en una fea intercepción. La valoración por Burrow, en una primera fase de prioridades, no es mala: pase al mejor receptor (Chase) y en ruta corta(menor riesgo). Lo que no valoró fue la oportunidad del momento, que la cobertura estaba encima de la ruta de Chase en toda su stem y lo que ello podría conllevar. Con cobertura en fase, cualquier pase es un riesgo claro. Primer turnover en el peor momento. Burrow comentó tras el partido que nunca debió hacer ese pase, y por otro lado, Chase dijo que su ruta fue muy mala, que la culpa era suya pues entendía que debía ejecutar mejor una ruta tan sencilla. Ambos se echaron la culpa a sí mismos. Es digno de elogio no echar porquería sobre sus compañeros, ahí sí han ganado. En cualquier caso, vuelven los errores de ejecución y se le da otra oportunidad a Bengals tras el empate por Ravens. Con 38-38 en el marcador, en la prórroga, tras la pérdida de balón por Lamar, McPherson, tiene la opción de ejecutar a Baltimore con un field goal de 53 yardas. El field goal se va fuera por un error del holder que no sostiene adecuadamente y a tiempo el balón para la patada. El día no estaba para Cincinnati. Todo esto se trabaja, todo ello es el reflejo de la disciplina en determinados ámbitos que exigen tareas sencillas pero perfectas como es sostener el balón. Los detalles en la NFL se pagan.
Al margen de esta jugada, conviene dejar claro el partidazo que dejaron Lamar Jackson y Joe Burrow. Este último 5 TD, 30/39 y 392 yardas. Poco más se puede poner encima de la mesa para ganar. Esos números suelen ser más que suficientes pero no contra un QB de la dimensión de Lamar. Tumbar a Jackson es tan complicado ya no por su elusividad en velocidad o habilidad, sino también por su fuerza y uso de manos. Esto es único, pocos jugadores pueden hacer esto:
Jayden Daniels
Da igual que su encuentro contra Cleveland no haya sido de los mejores partidos del rookie. Sus peores números en un juego en lo que va de liga: 14/25 para 238 yardas y 1TD/1Int. Tiene cosas muy difíciles de ejecutar a una edad tan temprana como la del QB de Washington. Tiene un brazo que manda el balón a 60 yardas con muy poco esfuerzo, pasa fuera de estructura sin problema alguno y tiene piernas para correr y escapar cuando las cosas se ponen mal, pero además tiene buenas lecturas del juego, aún cometiendo errores propios de su inexperiencia en la liga profesional. Aún así su juego impactó en momentos importantes. El chico es tremendo. En este vídeo demuestra todo, escape por piernas, pase profundo preciso y ejecución fuera de estructura. Está preservando el quarterbacking que parece irse por momentos, y yo lo celebro.
Sam Darnold y los Vikings
Un buen HC, una buena OL, una buena defensa y algún jugador estelar…y voilà, tienes Quarterback starter de la NFL. Aquí, probablemente esté en un lado que pocos comparten pero debo decirlo. Al final se ven las hechuras cuando pasas por dificultades, y sí le vi momentos de temblores en las piernas cuando se apretaba el resultado. Aún no me lo creo del todo. Pienso que, como todo, debe verse en un tramo más largo. Lo visto es bueno, pero para consolidar el proyecto, debe verse a medio-largo plazo dentro de una misma temporada incluso, ahí, cuando todo venga en contra se verá de qué está hecho, el jugador y el equipo. Quiero ver si cuando pierdan un partido, la confianza no se caerá. No lo parece, pero es un puente que hay que cruzar.
Caleb Williams y Bears
Como siempre a los rookies hay que darles tiempo. Williams va poco a poco, adaptándose a la velocidad de esta liga descomunal comerookies. The Athletic publicaba una evolución a tener en cuenta. De los 20 cuartos jugados por el Qb, los 10 primeros cuenta con un porcentaje de completos de 57% frente a los 10 últimos que lo hace con un 70,1% con un passer rating que pasó de un 57,6 a un 109,8. Es cierto que ha mejorado últimamente porque también se ha enfrentado a dos de las peores defensas (DVOA) contra el pase, como Panthers y Rams. Pero la evolución es un hecho y más si se ven los partidos.
Hay cosas que las estadísticas no enseñan y sí se aprecian cuando se ve un partido. La soltura del quarterback es una de ellas. Se ve más cómodo con el balón en mano y se le ve que tiene esa chispa de soltar el balón cuando debe. Su precisión en el pase ya lo sabemos, pero el tempo y oportunidad en la NFL condicionan cualquier talento. La carretera se empina un poco en los siguientes partidos. Lo dicho sobre Darnold aplica a Williams, pero éste tiene bula de rookie. Téngase paciencia porque cometerá errores, pero nada preocupante si sigue la vía en la que está, la de soltar el balón cuando debe, la de la generosidad de repartir juego y no acaparar highlights; la mayor o menor precisión se ganará con la confianza que da la experiencia y si se sigue ganando, aún de vez en cuando, la ansiedad es menor.
LA NFC Norte es la mejor división actual de la NFL
La NFC Norte es la única división en la que todos sus integrantes están en récord positivo. Lions ya era contender, se sostiene Packers como un buen equipo que sigue serio en todas sus líneas; tiene QB, RB, OL, WRs y TE, y por supuesto, Defensa. Tucker Kraft va a dar muchas soluciones a este equipo. Es una amenaza contra cualquiera y da gusto verle moverse. La sorpresa fueron estos Vikings que lideran la división y se están convirtiendo en otro equipo que quiere optar a todo. De momento están ganando todos y cada uno de sus partidos. La incógnita era Chicago. La plantilla es buena, aunque con una dudosa OL. Se les ve mejor a cada partido que pasa y además tiene algo muy importante en esta liga, una defensa fiable.
No quiero dejar esta columna sin hablar de que estos 49ers son otra cosa diferente al año pasado. La defensa se ve más contemplativa y McCaffrey no está. El año pasado hablábamos de que su RB estrella tenía más toques que el resto de jugadores ofensivos juntos. Su protagonismo era tal, que incluso se decía en esta columna que resultaba abusivo por Shanahan hasta el punto de que una lesión produciría cosas como las que se están viendo. Absorbía la carrera, el pase y, en definitiva, más del 50% de toques en un partido por San Francisco. 49ers no contemplaba un ataque sin que McCaffrey fuera el mejor cada juego y ahora se ve. Ni Deebo ni Aiyuk ni Kittle, el engrase de todo es Christian, y lo es no solo por lo que hace sino también por la amenaza que es que engancha siempre a 2 jugadores de la defensa. Eso mismo decía Dan Campbell el año pasado en una radio local sobre el running back. No hay dudas. Veremos cuando vuelve y de qué manera, la NFL no está sobrada actualmente de jugadores así.
Y no quiero olvidarme de que cualquier equipo de la NFL puede ganar partidos sin importar quien esté en frente. NY Giants sin su mejor hombre ofensivo, Nabers, que estaba en protocolo de conmoción, fue capaz de ganar a un buen equipo como Seahawks. Ya lo dije en la columna pasada, a Seattle le queda el medio juego, como en ajedrez, tras la apertura toca jugar. Falta algo ahí para dar con el click. Hay buenos jugadores y bajas, pero hay tendencias que hay que romper de forma contundente. No era momento para perder a pesar del buen partido de NYG. Para los de la gran manzana les permite quitarse la ansiedad del mal momento, pero muy mal harían de no ver los problemas a pesar de buenos partidos contados de jugadores que deben rendir mucho más y de forma regular.
Empezaron los byes, siguen las lesiones; el reto, modesto aunque muchos lo firmábamos, es llegar al invierno con jugadores en pie suficientes para mejorar el ejercicio pasado. Feliz semana 6.