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¿Qué equipos se han rendido con sus proyectos de quarterback?

Podemos comparar la NFL con muchas disciplinas, momentos históricos o incluso naciones. Seguro que hay gente capaz de realizar mejores alegorías sobre lo que es la NFL que yo. Pero a mí, personalmente, la NFL siempre me ha recordado a las batallas en el Coliseo Romano. Obviamente, la dureza es una de las comparaciones más certeras. Pero el constante reemplazo de jugadores es, sin duda, otra igual o más importante.

Hasta hace unos años todas las posiciones estaban sometidas a este reemplazo constante. No solo tenías que rendir, sino que tenías que rendir acorde a tu contrato. Si estabas cobrando un poco más de lo que debes con respecto a tu rendimiento, date por perdido. Ya habrá otro jovenzuelo que acaba de salir de la universidad que lo hará parecido a ti por muchísimo menos dinero. Todas las posiciones estaban sumidas en esto, menos los quarterbacks.

Sin embargo, el CBA del 2011 abarató la posición hasta límites insospechados. Los quarterbacks saliendo del Draft se acoplaron a la escala salarial y los novatos pasaron a ser jugadores valiosos con un contrato muy barato. Y esto es un arma de doble filo: los equipos con un pasador rookie con un contrato tirado de precio son una ventaja competitiva enorme, pero también estos mismos quarterbacks ya no suponen ningún compromiso para el equipo que los tiene en nómina, ya que al ser tan barato se pueden deshacer de ellos fácilmente si no funcionan en las primeras dos o tres temporadas

El último de estos quarterbacks en recibir el pulgar hacia abajo de su equipo fue Sam Howell. El joven egresado de la Universidad de North Carolina había comenzado bien la temporada, pero su tendencia a aguantar el balón y una deficiente línea ofensiva provocó que los sacks se fuesen apilando y su confianza fuese mermando partido a partido. Howell ha sido capturado 60 veces en esta temporada (el número más alto de la Liga) y si hubiese seguido como titular en Washington podría haberse acercado a ese infame record que David Carr estableció en 2002, con 76 capturas en 16 partidos con los Houston Texans

New York Jets safety Jordan Whitehead (3) sacks Washington Commanders quarterback Sam Howell (14) during the first quarter of an NFL football game, Sunday, Dec. 24, 2023, in East Rutherford, N.J. (AP Photo/Adam Hunger)

Con un pick top-3 en el próximo Draft de la NFL y una nueva propiedad (probablemente acompañada de un nuevo entrenador) en la franquicia capitalina todo apunta a que el equipo elegirá a uno de los dos prometedores pasadores de la nueva camada, esto es, Drake Maye (UNC) o Caleb Williams (USC).

Otro de los caídos en combate es Desmond Ridder. El quarterback de los Falcons fue elegido en la tercera ronda del Draft de 2022 y sus 16 partidos como titular en la NFL solo se pueden describir con una palabra: mediocre. Su record es de 8 victorias y 8 derrotas y la sensación viéndole jugar es que ha frenado por completo un equipo con una plétora de playmakers de un nivel altísimo. Los Falcons han invertido tres picks top-10 en jugadores para ayudar al propio Ridder (Kyle Pitts, Drake London y Bijan Robinson) y bien sea por culpa de Arthur Smith o de las limitaciones del propio Ridder no les ha podido sacar partido

Un jugador incapaz de lanzar en profundo, incapaz de generar la gran jugada en el momento clave y un ataque basado en el juego de carrera, screens que no van a ningún lado y los pases en la zona corta. Desmond Ridder es el 4º quarterback con menos intentos de pase de 20 yardas o más y es el 2º jugador de la NFL con menos "Big Time Throws" para Pro Football Focus, solo por detrás de Zach Wilson

El último, y aunque parece lejano su caso sigue estando bastante vigente, es Mac Jones. El quarterback de los Patriots ha empeorado sus prestaciones año tras año. Sus números y sus sensaciones bajo presión son deprimentes. Durante su primera temporada en Nueva Inglaterra era un game manager conservador que aunque no ganaba partidos tampoco los perdía. En estos dos últimos años el aspecto mental de su juego se ha caído por completo.

Ha querido hacer más de lo que podía hacer. Sus playmakers no han conseguido marcar la diferencia y él ha querido compensar esa falta de talento en los receptores con su juego. Ha arriesgado de más en muchas jugadas y el resultado le ha costado la titularidad y posiblemente su carrera en la NFL. Sus yardas por intento se han reducido con respecto a su primera temporada (De 7.2 yardas por intento a 6.1 yardas por intento) y su % de jugadas merecedoras de un turnover se ha duplicado (De 2.5% en 2021 a 5.8% en 2023) mientras descendía su porcentaje de "Big Time Throwns" (De 4.4% en 2021 a 3.1% en 2023). Ha sido más agresivo y todo ha salido peor.

New England Patriots quarterback Mac Jones (10) takes a hit while passing against the New York Giants during the first quarter of an NFL football game, Sunday, Nov. 26, 2023, in East Rutherford, N.J. (AP Photo/Adam Hunger)

Hace 10 años estos quarterbacks tendrían otra oportunidad con el equipo que los eligió en el Draft. Desde la gerencia se llamaría a la paciencia y se recordaría que un quarterback necesita tiempo para desarrollarse y que estos años de sufrimiento merecerán la pena. Y puede que saliese bien. Jamás lo veremos. Son ya carne de cañón en una máquina de hacer picadillo llamada NFL.