He de comenzar esta columna con una confesión: esta temporada he sido más estafa que nunca. Persigo la esencia de cada equipo como si este fuera un valor constante y universal que evoluciona lentamente y se puede mostrar más o menos en cada partido. Pero cada vez tengo más claro que esto no va así. Me explico, creo que lo que nos dice un partido de un equipo tiene mucho más que ver con el partido en sí y todo lo que lo envuelve que con su nivel en la liga. Intentamos continuamente relacionar directamente lo uno con lo otro, pero ese paso no es tan evidente. La corta temporada, el calendario asimétrico, el estado físico de cada equipo... son variables que transforman esta relación directa que solemos asumir alegremente en cada análisis. Esto va mucho más de resiliencia que de calidad, aunque nos centremos mucho más en lo último. Cada partido es un evento independiente en sí mismo y el mejor es el que mejor se adapta y saca adelante cada uno. Vamos, Any given sunday. Y para muestra, los playoffs.
Al lío con unas cuantas reflexiones.
El frío en Playoffs
No podemos analizar el partido de Wild Card entre Miami Dolphins y Kansas City Chiefs sin referirnos al fío. Más allá de la incomodidad de jugarte el físico con una temperatura glaciar de -27º (en Celsius, por supuesto, viva el sistema métrico internacional), este tiene una serie de implicaciones físicas que condicionan el juego. La primera de ellas lo explica perfectamente Catanovski en este hilo:
Al reducirse la temperatura, la densidad del aire aumenta, por lo que la resistencia del aire frente el balón es mucho mayor (algo que saben mucho en béisbol). Por lo que un mismo pase, con este frío, tenderá a un underthrow. Esta resistencia solo se puede compensar dándole más rotación al balón, más spin, que gracias al efecto Magnus genera una diferencia de presión que reduce el rozamiento. En esto, Mahomes es el rey. Es capaz de dotar muchísima rotación solo con su brazo. Y Tua no está acostumbrado a ello, no tiene esa capacidad de ajuste. Ya lo dijo Andy Reid, que estaba muy tranquilo antes del partido porque era muy consciente de la capacidad de su Quarterback para gestionar estas situaciones.
No solo debe ajustar el QB, también en los Field Goals y en Special teams, las rutas de los corredores, y el Pass Rush. Otra de las claves del partido.
El pass rush se ve comprometido, porque frente a un terreno congelado la fuerza de arranque disminuye (imagina intentar acelerar bruscamente en un suelo helado). La tarea de la OL se simplifica. Por lo que Mahomes tuvo mucho más tiempo. Y ya sabemos que, pese a una floja temporada (ejem, 11º en eficiencia, ya me gustaría que mis temporadas más flojas fueran así) si le das tiempo a Mahomes, estas muerto. Une esto con la adaptación al spin Rate, y tienes la tormenta perfecta que no dejó ninguna posibilidad a Miami. Ahora, frente a Bills será otra cosa. Este partido solo nos puede dejar conclusiones encerradas en sí mismo.
Pon la explosividad en tu vida
Houston Texans ha sido el decimoquinto mejor ataque (medido en EPA/play) de la temporada regular. Así, a primera vista, uno pensaría que analytics es una basura, o no se entiende este número dada la excitación general que nos ha provocado. Pero si miramos la letra pequeña (o número), veremos que ha sido el 5º ataque más explosivo, con jugadas de más de 15 yardas. ¡Ah! amigo, aquí está la clave de todo. De todas las jugadas, las explosivas son las más importantes de la NFL, y en esta faceta los de Houston destacan claramente. El partido frente a Browns se dibujó con un mismo esquema de drive. Percusión a través de la carrera mezclada con una jugada explosiva para avanzar 30 o 40 yardas. Es un ataque eléctrico que puso en problemas a la mejor defensa de la NFL. En divisionales le toca la segunda, veremos si puede con ella.
No nos olvidemos de los mejores
Uno de los fenómenos psicológicos que se da entre la ronda de wildcard y los divisionales es la sobreestimación de los equipos que han pasado ronda frente a los que tuvieron bye. Es una tendencia natural de nuestro cerebro, tramposo, que suele quedarse con la información reciente para analizar situaciones. Este año quizá el efecto sea menos acusado dado el pobre nivel de la liga frente a las apisonadoras que han sido Ravens y 49ers. Packers ha sido el sexto mejor ataque de la liga, en un impresionante rush final, con un buen juego de carrera que además incorpora a Aaron Jones, que aporta algo diferencial. Mueve las cadenas de forma efectiva (8º en Success Rate) y es perfectamente capaz de poner en apuros a una gran defensa como 49ers. Tengo bastantes más dudas que pueda repetir en defensa lo que consiguió ante Cowboys. En liga regular han sido la defensa 23 en EPA/play, con serios problemas en 3er down. Solo un día muy oportunista puede darles una ventana que pueda aprovechar su ataque para dar la sorpresa en divisionales.
Las defensas ganan partidos, los ataques deciden campeonatos
El posiblemente mayor dogma de la NFL, quizá cierto en otro siglo, pero completamente desfasado. 9 de los 10 mejores ataques se han clasificado a Playoffs, por 5 de los 10 mejores en defensa. Los tiempos han cambiado y son los ataques los que guían a un éxito sostenido. Esta es una tendencia que lleva repitiéndose más de una década. Ahora, a igualdad de condiciones, una mejor defensa puede ser la clave en un partido de Playoffs. Un ejemplo reciente han sido los Chiefs de Spagnolo, que daban un salto de calidad llegado el momento clave. Este es el punto débil de los Lions, que tiene que mejorar su oportunismo y agresividad en defensa para llegar a cotas mayores. Contra Tampa es un partido trampa, perdonen la rima, pues ha mostrado un ataque explosivo que puede hacer mucho daño. Pero los Leones tienen una personalidad, agresividad y emocionalidad que parece poder con todo. Un estado emocional que los ha llevado a ganar su primer partido de playoff 32 años después. Es una de las grandes historias de la temporada.
¡Disfruten de los Playoffs! Nos contamos en breve.