La historia moderna de la rivalidad entre Patriots y Jets está marcada por dos lesiones que transformaron salvajemente el destino de la AFC Este y de la NFL.
La primera de ellas se dio en el partido inaugural de la temporada de 1999, con Patriots y Jets viéndose las caras en el viejo Giants Stadium. En ese entonces los Jets buscaban confirmar su condición de candidatos al Super Bowl, tras haberse quedado en la orilla un año antes frente a los Broncos de John Elway en la final de la AFC. Luego de un fumble del corredor Curtis Martin, el veterano Vinny Testaverde, quarterback titular, se lesionó el tendón de Aquiles en un intento por recuperar el balón.
Aunque todos recuerdan los dos pases de touchdown del pateador Tom Tupa, el resultado de aquel partido fue irrelevante. El hecho fue que los Jets, sin su operador ofensivo estrella, apenas pudieron alcanzar un registro de 8-8 en todo el año. Por tal motivo, el mítico Bill Parcells se vio orillado a anunciar su primer retiro de la NFL como entrenador, dejándole el camino libre a su entonces coordinador defensivo: un tal Bill Belichick.
Para sorpresa de todos, Belichick renunció al cargo 24 horas después. Selló su salida de la manera más literaria posible, dejando una nota en una servilleta con la siguiente sentencia: "I resign as HC of the NYJ". Durante la conferencia de prensa que organizó la franquicia para anunciarlo como su nuevo entrenador en jefe, Belichick desestimó el puesto. Al poco tiempo, los Patriots lo firmaron como head coach, viéndose obligados a ceder su pick de primera ronda en el draft del 2000 como compensación.
"No renuncié para irme a los Patriots. Renuncié porque no estaba cómodo con mi relación con los Jets." Bill Belichick
Al año siguiente, con Belichick al frente de los Patriots, los Jets visitaron Foxborough en la Semana 2. Otra vez una lesión cambiaría el curso de la historia. La entonces estrella de New England, el quarterback Drew Bledsoe, recibiría un golpe brutal del linebacker Mo Lewis rumbo a las laterales. Dicha circunstancia dio paso a la entrada de un novel Tom Brady, en apenas su segundo año en la NFL tras haber sido drafteado en la posición global número 199.
Nueva York terminó ganando ese partido, pero desde entonces Brady se afianzó como titular. Contra todo pronóstico, ese mismo año conquistó su primer título divisional, su primer anillo de campeón y su primer premio MVP del Super Bowl. Lo que sucedió después es de sobra conocido: los Patriots instauraron la última gran dinastía en la NFL, los Jets -salvo un par de visitas a la final de conferencia bajo la guía de Rex Ryan- naufragaron en la AFC Este y Bledsoe, alguna vez idealizado como el pasador más emocionante de su generación, perdió buena parte de sus bonos como leyenda de la NFL.
Visto lo anterior, de no haber sido por aquellas dos terribles lesiones, seguramente la historia de la AFC Este y de la NFL habría sido radicalmente distinta.