Durante la última década hemos hablado de Trent Williams como uno de los mejores linieros ofensivos de la NFL. El poderoso tackle de los San Francisco 49ers se ha establecido como uno de los jugadores más dominantes de la liga, y jugar el Super Bowl LVIII fue un momento muy especial para él, ya que fue el cierre de la pelea más grande que ha enfrentado en su vida.
Así que para entender por qué este partido fue todavía más especial para él, hay que remontarnos un poco en su historia personal.
Trent Williams jugó en la Universidad de Oklahoma, donde se volvió titular en su primer año por una lesión de Branndon Baxton, que se rompió la pierna. Williams terminó jugando en los últimos seis partidos de la temporada regular. A partir de ahí se estableció como uno de los mejores en su posición a nivel colegial, y le valió ser considerado como uno de los principales prospectos para el Draft 2010 de la NFL.
Williams fue seleccionado en la primera ronda de ese Draft con el cuarto pick global, siendo elegido por los Washington Redskins. Como dato curioso, Williams fue la primera selección hecha por Mike Shanahan como head coach de los Redskins, y pasó los primeros años de su carrera bajo las órdenes del coordinador ofensivo Kyle Shanahan.
En 2019 se tuvo que someter a un procedimiento quirúrgico para remover un crecimiento en su cabeza. Este crecimiento fue diagnosticado como un dermatofibrosarcoma protuberante.
Lo que hace este hecho más increíble es que Williams identificó la presencia de una protuberancia en su cabeza desde 2013, pero los médicos del staff de los Redskins le dijeron en ese entonces que era un crecimiento "menor", así que no tenía nada que preocuparse. El problema fue que durante todos esos años este sarcoma siguió creciendo, llegando a un punto mucho más delicado casi seis años después.
Cuando los médicos externos le dieron el diagnóstico las cosas eran mil veces más graves de lo que él podría haber esperado: el crecimiento era un sarcoma, un tipo de cáncer que ponía en peligro su vida, y era necesario intervenirlo rápidamente, ya que estaba muy cerca de entrar en un proceso de metástasis que hubiera generado que el tumor se esparciera por el cerebro y cráneo del jugador.
Cuando los doctores comenzaron a preparar a Williams para la cirugía, le recomendaron que dejara todos su asuntos legales en orden y que se despidiera de sus hijas antes de entrar al quirófano. ¿Se imaginan lo que alguien debe sentir cuando esas son las indicaciones de los médicos que te van a operar? Williams hizo lo que le indicaron y entró a cirugía esperando un milagro.
Afortunadamente para él y su familia, el milagro llegó: el sarcoma no había alcanzado a hacer metástasis, por lo que fue extirpado en su totalidad. Eso sí, el procedimiento dejó consecuencias importantes: para poder extraer el tumor le tuvieron que hacer una incisión del tamaño de una pelota de softball, y cerrarla requirió de 350 puntos y 75 grapas.
Tras sufrir todo este proceso Williams se negó a regresar a jugar con los Redskins, ya que había reportado la protuberancia desde hace mucho tiempo y los médicos del equipo simplemente lo dejaron pasar, así que su sentimiento era que había existido negligencia médica por parte del grupo de doctores de la organización.
El equipo de Washington accedió a la petición de ser cambiado del jugador y lo enviaron a los San Francisco 49ers, donde se reunió con Kyle Shanahan.
En 2021 Williams se volvió agente libre y estuvo cerca de firmar con los Kansas City Chiefs, que habían hecho un trabajo amplio de reclutamiento con Andy Reid y Patrick Mahomes. Cuando llegó la oferta de Kansas City Williams le habló a Shanahan para decirle que ya tenía la oferta de los Chiefs y que solamente esperaba saber si los 49ers le ofrecerían algo. San Francisco puso su oferta en la mesa y Williams la aceptó: 6 años y 138.06 millones de dólares, lo que lo convertía en el tackle ofensivo mejor pagado de la NFL.
Así que llegar al Super Bowl LVIII fue la culminación de un largo camino para Trent Williams: uno que ha tenido trechos llenos de condecoraciones y reconocimientos, pero que también le presentó un bache enorme que puso en riesgo su vida.
Por esto es fácil pensar que perder el Super Bowl no apagará la llama competitiva de este jugador, que ha superado cosas mucho más complicadas en su vida. Es más, podemos asegurar que si algo tiene claro Trent Williams, es que esta derrota no es ni con mucho el final de su historia. Solamente es un tropezón en su camino.
Para más historias como esta escucha el podcast "Historias de NFL para decir ¡WOW!" en tu plataforma de podcasts favorita. Ahí encontrarás relatos y anécdotas sobre los protagonistas de la liga.