El escenario final que la NFL nos ha dejado para Playoffs no podría ser mejor, revanchas, duelos por todo lo alto, cuentas pendientes… La Semana 18 trajo consigo todo el drama y acabó de encajar las piezas de un puzle perfecto para la lucha por la Super Bowl. Matt Stafford volverá a Detroit como el hijo pródigo que nunca ganó allí pero está dispuesto a arruinar el primer éxito de Playoffs de los Lions en tres décadas, enfrente la mejor versión de Jared Goff querrá demostrarle a Sean McVay que sin él puede ser mejor QB de lo que su antiguo entrenador nunca soñó. Otra de las grandes historias será Mike McCarthy contra los Packers que hace años prescindieron de él y ahora los recibe en Arlington con unos Cowboys cuyo historial reciente contra Green Bay no invita al optimismo pero con la garantía de 16 victorias consecutivas en casa y mejor Dak Prescott que hemos visto nunca. El otro gran punto de interés estará en Arrowhead, con Chiefs y Dolphins persiguiendo una victoria que les arranque del mar de dudas en el que llegan ambos equipos. Pero antes, vamos a ver cómo hemos llegado hasta aquí en la Semana 18 que cierra la temporada regular.
La montaña rusa que conduce Josh Allen acaba muy arriba
Los Buffalo Bills entraban en la última jornada de la temporada regular de la NFL con la dicotomía de poder acabar segundos de la AFC o quedar eliminados, una manera ideal de condensar su temporada, marcada por la irregularidad pero también con picos de excelencia muy marcados. Vivir con Josh Allen es saber que vas a subirte a una montaña rusa de emociones donde te hará caer muy bajo a base de intercepciones, pero instantes después será capaz de elevarte a los cielos con pases inverosímiles o produciendo por encima de las 400 yardas él solito. Un caos que en esta ocasión ha terminado con final feliz: El triunfo en Miami culmina un esprint final con seis victorias en los últimos siete partidos que les han catapultado hasta el Seed2 de la Conferencia Americana. Los Bills, a imagen y semejanza de su QB, son imperfectos pero muy talentosos, capaces de frustrarse con sus errores e inconsistencia y de levantarte de tu asiento con acciones de pura excelencia. Todo eso ha desembocado en el segundo mejor equipo de la AFC y un camino que, si son capaces de superar a los Steelers, les garantiza dos partidos como local en Orchard Park, en busca de una gloria que en años atrás han llegado a rozar pero siempre les ha resultado esquiva.
La experiencia sólo nos puede invitar a pensar que son capaces del todo o nada, de marcharse a las primeras de cambio o plantarse en la final de conferencia. El domingo por la noche Josh Allen volvió a dejar claro que es capaz de lo mejor y lo peor dentro del mismo partido, pero a partir del próximo fin de semana tendrá que sacar su mejor versión si quiere la ventana de oportunidad que se ha vuelto a abrir esta vez sí les conduzca a la tierra prometida, en este caso Las Vegas.
Miami siempre acaba ahogándose en la orilla
Y esa conclusión, salvo un giro dramático de los acontecimientos, es la misma que les parece esperar en los Playoffs. Los Dolphins han sido uno de los equipos que mejor juego han practicado esta temporada, el máximo anotador, el ataque más variado e imaginativo, una defensa que ha crecido a lo largo de la temporada… y aún así, cuando han llegado las grandes citas, siempre ha parecido faltar algo. La victoria ante Dallas parecía cambiar esa tendencia, pero a ésta le sucedieron la paliza encajada en Baltimore y la derrota ante Buffalo el día podían ganar la división 15 años después de la última vez. Las lesiones hacen mella y en esta ocasión Tua no terminó de estar a la altura. La sensación fue que cuando le eliminas su primera opción y Tyreek Hill está bien vigilado, Tua muchas veces tiembla. Achane es un gran recurso y Tyreek produce incluso cuando le doblan defensas, pero no fue suficiente. Y lo mismo pasa con la defensa, capaz de provocar pérdidas de balón pero a la postre muy condicionada por las bajas. Miami lo hace muy bonito pero el mensaje que ha mandado al final de temporada regular es que todavía falta algo. Veremos si puede encontrarlo en su visita a Arrowhead para tratar de destronar al campeón.
El gran desastre de Jacksonville
Los Jaguars entraban en el mes de diciembre con un fantástico 8-3, la división encarrilada y soñando con pelear por el Seed1 de la AFC. La web oficial del equipo anunciaba la puesta a la ventana de las entradas para los Playoffs; todo apuntaba a un crecimiento ya mostrado el año anterior y que este año parecía refrendarse. Y de ahí en adelante todo fue para abajo. Cinco derrotas en los últimos seis partidos, siendo solo capaces de ganar al peor equipo de la NFL. Cinco derrotas que les acabaron sacando de los Playoffs, dejaron la división en manos de los Texans y acabaron con los Jags metidos en un pozo del que no va a ser sencillo salir. Trevor Lawrence es el Quarterback que más balones ha perdido en toda la NFL desde el año 2021 y su incapacidad para producir touchdowns de pase esta temporada ha sido preocupante. Más que eso, la dudas se han metido en su cabeza y la sensación al verle lanzar no invita al optimismo. La OL ha sido un desastre, ni ha protegido a Lawrence ni ha hecho un buen trabajo en el juego de carrera. El ataque ha terminado colapsando.
Aquella remontada en la Ronda de Wild Card del pasado año frente a los Chargers invitaba a pensar que este año se podía dar un paso más, ¿por qué no soñar con una Final de Conferencia? Pues todas esas esperanzas han acabado girando por el sumidero para perderse en un agujero de decepción, probablemente la más grande de entre todos los equipos en esta temporada en la NFL.
Jordan Love es la respuesta
La clasificación para Playoffs de los Packers es sin duda una buena noticia, pero lo es mucho más el hecho de haber encontrado un Quarterback sobre el que construir un proyecto, la sensación de que una vez más, después de Favre y de Rodgers, Green Bay ha dado en la tecla correcta y tiene al jugador adecuado para liderar al equipo más joven de la liga. Un QB que se deja guiar por LaFleur y crece con él, un QB que cuando uno de los chicos jóvenes y talentosos comete un error propio de su juventud no lo condena al ostracismo y deja de pasarle el balón. El proyecto de los Packers crece ahora sano y robusto y sean capaces de no de ganar en Arlington su temporada es un enorme éxito y su futuro se presenta brillante.
Ha nacido una estrella
En la misma línea que los Packers, aunque en un contexto muy distinto, los Houston Texans han encontrado a su estrella. La temporada de CJ Stroud era más que suficiente para sentir una satisfacción enorme en Houston, después de unos cuantos años a la deriva, tras los problemas con Watson, los Texans por fin han encontrado su camino y al líder perfecto para sujetar ese timón. Decía que la temporada en sí es más que suficiente pero no hay más que acudir a la primera gran cita a la que se enfrentaba Stroud, un partido eliminatorio, en horario de máxima audiencia… Y el primer balón que toca lo convierte en un pase de touchdown de 75 yardas para Nico Collins. Aquí hay una estrella, aquí hay un jugador diferencial con personalidad para, lejos de arrugarse, sacar lo mejor de sí mismo el día que realmente es necesario.
El proyecto de los Texans se está construyendo sobre cimientos sólidos, DeMeco Ryans le está dotando de una carácter y una personalidad marcada a su equipo y Bobby Slowik da el esquema ofensivo adecuado… pero CJ Stroud es la chispa que lo prende todo, la magia, los fuegos artificiales, ese jugador que es motivo suficiente para acudir al campo y también, como demostró el pasado sábado para ganar partidos cuando más calienta el sol.
Los Eagles tocan fondo
Es extraño decir esto, pero el equipo que peor llega a los Playoffs, de entre los catorce clasificados, por momento de forma, por juego, por confianza, por inercia, son sin lugar a dudas los Philadelphia Eagles. El equipo que la pasada temporada llegó hasta la Super Bowl, accede a la lucha por el anillo de esta temporada habiendo perdido cinco de sus últimos seis partidos y dejándose por el camino derrotas tan preocupantes como las dos últimas ante Cardinals y Giants, dos equipos sobre el papel muy inferiores a ellos que, en el caso de Arizona les consiguieron meter más de 30 puntos a domicilio y en el de Nueva York, que les endosaron una paliza que deja unas sensaciones horribles.
Lo que está pasando en la defensa de los Eagles es completamente inaudito, sufriendo una caída colectiva que hace que cualquiera mueva el balón y les anote con total comodidad. El front defensivo no es capaz de sumar sacks mientras LBs y Secundaria muestran una fragilidad que hace pensar que este año será difícil que lleguen lejos en los Playoffs. El duelo ante Tampa puede invitar a pensar que pueden avanzar al menos la primera ronda, pero con las sensaciones que vienen mostrando resulta difícil apostar por ello.
¿Cómo se sale del Purgatorio?
La situación que viven Seattle y Pittsburgh tiene ciertas similitudes. A pesar de que los Steelers han logrado clasificarse para los Playoffs y Seattle este año se ha quedado a las puertas, ambas franquicias viven una dicotomía muy curiosa. Por un lado, son lo suficientemente competitivas para seguir sumando cada año temporadas con balance positivo, pero a la vez, llevan ya tiempo lejos de poder competir por grandes cosas. Tanto Pete Carroll como Mike Tomlin son capaces de sacar lo suficiente para estar siempre en ese batalla por entrar en Playoffs, pero desde hace ya años sin acercarse a poder aspirar al anillo.
¿Es suficiente vivir esa especie de Limbo o de Purgatorio de rondar el 50%? Tiene su mérito, sí. Hay franquicias que matarían por vivir permanentemente en ese récord… ¿Pero de verdad merece la pena clavarse en ese lugar y condenarse a no poder llegar a una Super Bowl? Creo que ambas franquicias deben plantearse su modelo seriamente y pensar en cambios que les puedan permitir llegar más lejos sino es el eterno viaje a ninguna parte, la autocomplacencia de la mediocridad disfrazada de competitividad, el mérito de los positivo que te priva de lo excelente.
No sé si la respuesta es prescindir de Carroll y de Tomlin, pero lo que sí parece seguro es que deben cambiar el modelo o seguiremos celebrando temporadas de nueve victorias y eliminaciones prematuras.